«Tenemos que tratar de ser autosuficientes»

Jesús Hoyos
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Conrado Merino cumple tres años al frente de la Cámara en una situación difícil para la economía, con la subida de la factura eléctrica, la escasez de componentes como los microchips o el cierre de franquicias ante nuevas estrategias empresariales

«Tenemos que tratar de ser autosuficientes» - Foto: Óscar Navarro

Fundador de Viveros Merimar, Conrado Merino asumió en octubre de 2018 la presidencia de la Cámara de Comercio e Industria de Palencia, tomando así las riendas de los empresarios de la capital y la provincia. El jueves 28, el organismo entregó sus premios anuales tras la cancelación obligada de 2020.

Tras pasar la mayor parte de su mandato envuelto en la crisis económica provocada por la pandemia de Covid-19, Merino analiza los problemas por los que pasa el tejido productivo de la provincia y habla sobre los retos de futuro.

Semana importante para la Cámara. ¿Cómo percibe su situación y la del tejido productivo de Palencia durante este último año?

Ahora mismo, estamos aterrizando. Hemos estado un año y medio parados. Algunos sectores pudieron seguir trabajando y fueron quienes nos cubrieron las necesidades a todos los demás. Poco a poco hemos empezado a salir, aunque con baches y recaídas en las que hemos desacelerado.

Ahora, lo que está sucediendo y que nadie esperaba es el incremento de los costes energéticos y la falta de materias primas suficientes para el consumo que estamos haciendo. Está siendo un problema. Y la inflación, que no para de subir y está más alta que en Europa, donde se sitúa al 3,5%. Es una barbaridad.

La escasez de semiconductores está generando problemas no solo en España, sino a nivel mundial. ¿Cómo le afecta esta situación a Palencia?

Tenemos un problema muy grave. En Europa no hay ninguna fábrica de chips. Yo lo daba por supuesto, pero no tenemos, lo traemos todo de fuera. La mayoría se hacen en China y no sé cómo no ha habido un consenso desde Europa para crear una.

A lo mejor nunca pensamos que iba a suceder. Ahora se están queriendo poner las pilas rápidamente para ver quién toma las riendas, pero eso lleva mucho tiempo de trabajo. Primero hay que construir la máquina que genera los chips y es muy complicado. Si nos ponemos a hacerlo ahora en Europa, tardaríamos quizá un año y medio o dos en empezar siquiera a fabricarlos.

Grandes empresas se plantean traer la producción a Occidente y dejar China por estos problemas

Algunas marcas textiles ya se estaban apartando de China y yendo, por ejemplo, a África, a países como Marruecos o Mauritania. Aparte de ser más cercanos, los costes logísticos eran los más convenientes. La situación está cambiando, sí.

¿Quiere decir que hay que dejar de mirar tanto a Asia?

Yo creo que sí. Tenemos que aprender la lección y tratar de ser autosuficientes en muchas cosas. También pensábamos que teníamos un servicio de mascarillas que era suficiente para nuestro mercado. De repente, se nos fue de las manos, cambiábamos de mascarilla cada vez que dábamos un paseo con el perro. Necesitábamos incluso varias al día. Los productores que quedan siguen trabajando a un nivel igual o parecido, pero no importamos mascarillas de China.O, en todo caso, muy pocas. Es la fuente de todos los suministros y nos hemos dado cuenta ahora de lo mucho que dependíamos de ellos. 

Volviendo al panorama local, Renault es la empresa potente de la provincia y una de las que está sufriendo estos problemas de desabastecimiento de componentes. ¿Le ve salida a esta situación a corto o medio plazo?

A medio. Queríamos que fuera una solución a corto plazo, pero creo que vamos a medio plazo, por ser cautos. Ahora mismo, en cada sector falta algo. En automoción, al pedir un coche, hablamos de seis o nueve meses dependiendo del fabricante. Leía que falta whisky o ron, por el vidrio. No creo que nos lo hayamos bebido todo. Ocurre lo mismo con el plástico o el cartón. ¿Qué ocurre? Hemos partido de que se paró todo, hay que volver a poner en funcionamiento todas las líneas, procesos y transformaciones. Poner las fábricas al 100% de nuevo lleva un tiempo.

Lo que ha pasado es que el stock que había se ha consumido. Hemos ido todos a comprar de una manera exagerada. Por ejemplo, estábamos en casa ese tiempo y nos hemos dado cuenta de que había que cambiar una puerta, el lavabo, el coche... Esa es mi percepción, que hemos salido a gastar el dinero. Hasta mediados del año que viene, esto va a estar así. Está pasando en la construcción. Es una locura. Hay materias primas cuyo precio ha subido un 100%, como madera, hierro, hormigón, ladrillo, cerámica... Además de este aumento, también escasea. Si en el proceso falta algo, todo lo demás se paraliza y es lo que está ocurriendo.

Recientemente se han producido varios cierres de franquicias en la capital. ¿Responde eso a una estrategia empresarial?

Es una manera de vender y comprar. A mí me encanta el negocio tradicional. Soy un partidario absoluto de ello. Estamos intentando convencer a la gente de que vaya, pero me doy cuenta de que la gente compra de otra forma. Tratamos de que el comercio implante nuevas tecnologías, se digitalice de modo que llegue al usuario como hacen las grandes distribuidoras. Sus procesos son marketing y digitalización. Es la venta que la sociedad quiere. Los comercios tendrán que hacer algo parecido y tener sus tiendas online. Es decir, funcionar de otra manera, porque la gente se aparta de la forma de comprar tradicional, la de ir por la calle. Lamentablemente se está acabando. A las grandes marcas les está funcionando el nuevo modelo.

¿Qué echa de menos a nivel de infraestructuras para que la provincia tenga un futuro empresarial?

Seguimos reclamando lo mismo. Intentamos que el corredor que queremos llevar desde el Magreb hasta Francia vaya por la ruta de la plata y pase por Palencia, Villamuriel o Venta de Baños y tengamos acceso por un lado para Galicia y, por otro, para Francia y Europa. Para ello, tenemos que hacer importantes proyectos de logística. Palencia necesita un parque logístico a alto nivel para las empresas que tenemos. Desde distintos organismos se está estudiando mientras se trata de involucrar a empresas importantes. La mayoría de estos proyectos tienen que ser público-privados. No solo públicos porque si no es una merienda, sino que el empresario también ponga. Es una de las soluciones para que esto empiece a reflotar.

La carretera de Benavente no la van a hacer. La de Santander, que por lo menos la arreglen. En cuanto a la A-73, que va a Burgos, creo que no va a ser nada beneficiosa para la provincia. Va a ser una vía de escape para la poca gente que nos venía de la zona norte. A los de Aguilar de Campoo les va a quedar más cerca Burgos que Palencia.

Hablando de la zona rural, hay grandes empresas dispersas por la provincia, pero servicios bancarios o médicos e infraestructuras van disminuyendo. ¿Cuál es el futuro empresarial en este sentido?

No hacemos más que decir que vamos a ir a los pueblos a hacer cosas, pero carecemos de casi todo. Montar una empresa donde no hay un soporte digital es imposible. Estamos trabajando mucho en eso. Queremos fomentar aspectos que valgan para nuestros negocios e industrias. Hay zonas rurales en las que no hay ni cobertura telefónica. Hay que ayudar a esta gente porque vamos hacia un mundo digital y cómodo. Tenemos que traer todo lo nuevo y ser capaces de exportarlo a nuestras empresas. Por eso, queremos contar con las tecnológicas palentinas. No hay muchas, pero intentamos hacerlas grandes para que sirvan de soporte. Son las que tienen que dar vida a todo esto para no depender tanto del exterior. Es decir, para ser capaces de contratar servicios aquí.

Por cuestiones ecológicas, se presiona para cambiar el vehículo de combustible fósil por el eléctrico

A mí me han dicho que, por ahora, lo compre híbrido. Al final, la gasolina y el diésel se acabarán, pero tenemos que ser previsores y cautos, y tener algo para seguir porque mira lo que está pasando. Sí, seguramente tendrían que desaparecer muchas cosas, pero considerando siempre si vamos a ser capaces de continuar.

¿Por dónde pasa el futuro empresarial y económico de la provincia?

Tengo la sensación de que, después de lo que hemos pasado, los empresarios van a tener un tiempo para pensar en lo ocurrido. Viendo la situación, quien se atreve a crear una empresa se lo tiene que pensar dos veces. Están dando por todos los lados. Fiscalmente, por ejemplo, no lo ponen nada fácil. Mucha gente que tiene dinero se lo piensa antes de invertir en este país. Es lamentable contarlo pero es así. No hay garantía. La mayoría de la gente lo está pasando mal. Es un problema que los grandes negocios se vayan, porque un Zara, por ejemplo, llena lo que está a su alrededor. Muchas veces pensamos que son competencia de los pequeños, pero es al contrario. Es un aval más de garantía de éxito. Para ir al grande, tienes que pasar por los pequeños que tiene al lado. Hay que darse cuenta de los negocios cercanos a las grandes superficies. Venden porque la afluencia afecta.

A la gente le cuesta. Hay jóvenes que quieren empezar un negocio. Pero tenemos un problema. Hay que ser más empático con los empresarios porque no nos piden más que papeles y es un esfuerzo entenderlos. Tiene que haber parapetos porque ha habido mucho chorizo que se ha aprovechado de las circunstancias, aunque hay empresas fantasma en las que se va una cantidad de dinero importante, que no llega al comerciante, al autónomo. Por ejemplo, en Canarias, a raíz del Covid, el dinero para la regeneración se lo han dado a las Cámaras para que ellas lo administren. Algo sorprendente. Han estudiado resultados de ejercicios anteriores y comparado con lo ocurrido en 2020, para repartir el dinero a fondo perdido entre las empresas. Aquí ni nos lo han propuesto, pero creo que sería lo lógico. Solo damos propinas, apoyando como se puede. Si con la ruina que hay seguimos atizándoles, esto no avanza.

¿Qué proyectos o iniciativas tiene  en mente para la Cámara?

Seguimos con lo internacional. Queremos recuperar la feria. En la última vinieron de 12 países y 4 continentes distintos. Se empezaron a mandar pedidos a algunos clientes, pero poco después llegó el confinamiento y se perdieron las relaciones. Lo que hicimos es ir a las grandes superficies europeas y enviar cajas con diferentes productos: paté, vino, queso, etc. De esta forma, pueden celebrar la semana española. Creemos posible que varias comiencen esta iniciativa en Bélgica, Polonia o Alemania. Los temas de exportación llevan su tiempo. Estamos muy ilusionados.

En noviembre habrá una feria de empleo, para que los jóvenes encuentren su primer trabajo a través de contactos con empresas. También montamos una oficina en Aguilar. En la zona norte hay muchas empresas que teníamos algo abandonadas. Allí las atendemos. También realizamos estudios para valorar el estado de las empresas a nivel digital. Qué tienen, qué les gustaría tener y en qué es necesario gastar el dinero. Intentamos acordar convenios con la Junta para digitalizar todo el comercio. Situarse digitalmente es importantísimo. Hay un camino y un recorrido enorme, porque salir a vender fuera es la manera de crecer. Si no, estás abocado a un futuro muy incierto.

¿Cuál es el estado del comercio internacional, teniendo en cuenta las frecuentes restricciones que imponen algunos países?

Depende de la empresa y el sector. Conozco más el de la alimentación. Hay países en los que los productos españoles son muy queridos. Se ha empezado a entrar en EEUU y es un mercado con un potencial increíble. Tenemos que ser inteligentes. Allí han rectificado. Asia es otro potencial pero con una cultura muy distinta, es más complicado.

Lleva tres años como presidente. ¿Se presentará a la reelección?

Serán antes, en febrero. No sé si me presentaré. Queda mucho. Estos meses son un mundo.

¿Qué balance hace de estos tres años?

No he escatimado en esfuerzos. He intentado hacer todo lo que creo que era bueno para empresarios y comerciantes. Estoy contento, pero esto es difícil. La gente, cuando le hablas de organismos como la Cámara, creen que está muy distante. Nos ha costado decir que estamos aquí; me reúno con gente, llamo y trato con quien sea para ayudar. Mi labor es pedir para todos. El futuro es que la Cámara se conozca más. Es muy ilusionante. 

Si todo lo que vamos a hacer a nivel digital sale bien, esta Cámara será la precursora para hacerlo en el resto de Castilla y León. Fuimos valientes para decir que lo hacíamos, porque hay que poner mucho dinero. En nuestro caso, 375.000 euros. Lo tenemos y seguimos generando beneficios, gracias a la gente que trabaja aquí. Hemos pasado de cuatro trabajadores cuando entré a diez. Hacemos casi de recursos humanos, para retener a trabajadores y que vivan aquí. Debemos hacer atractiva a Palencia. Digitalizar y exportar es fundamental. Son conceptos que marcarán un antes y un después. Lo debemos aprovechar.