La Navidad es la etapa ideal para dar rienda suelta a la imaginación porque se amontonan los temas. Sí, es que sentimentalmente cobran más fuerza, y lo que días atrás permanecía en el baúl de los recuerdos, parece que tenemos la imperiosa necesidad de sacarlo de allí para que lo de un poco el aire. Y eso es bueno, porque desahoga. Todo destila amor, al menos eso es lo que procuramos que parezca: alegría, buenos deseos, perdones, buen talante, mejor semblante... Musicalmente : villancicos, corales, actos... Afectuosamente: cercanía, añoranza, ausencia, frases hechas, pamplinas... Nostalgia, y ya en la calle: encuentros y reencuentros, besos, abrazos, cariño...cariño...cariño... Materialmente: regalos, compras, luces, escaparates, iluminación..... Fiesta de Reyes Magos: niños, alegría, carreras, bullicio, juguetes... ¡desmadre!. Económicamente: paga extra, lotería, intercambio de participaciones, cuentas que no cuadran, ahorros que merman... Prosaicamente: atiborramiento de nevera, compra de alimentos prefabricados que causan problemas de salud, buzón abarrotado, teléfono que agobia... Detalles obligados: improvisación de camas para los abuelitos, lavadoras que no paran, compra de mucha acelga y lechuga para esa tía que viene del pueblo y que al estar a régimen no puede ni probar el jamón Ibérico de bellota que voy a comerme yo, (por cierto, que ella no quiere venir ni a la de tres)... Protocolariamente: dar el cumplido falso a personas que no vemos desde hace una temporada, y que nos provocan el obligado pero fingido halago a pesar de que nos destroce pensar: Pues si él, -o ella- está fatal, así estaré yo aunque no me dé cuenta, porque tenemos la misma edad. Prevenciones: Procurar que no falte en casa el gel desinfectante, las mascarillas, la distancia en la mesa, ( que al no ser grande ya estamos preparando otras pequeñas para acoplarlas)... Machaconería: los villancicos : lo mismo que ahora nos gusta más Maluma, que Pantoja, seguro que si dejaran de beber los peces en el río, saliendo a relucir villancicos nuevos nos encantaría. ¡Es que los peces de Belén, beben y beben y vuelven a beber! ¡Son insaciables no sólo viven en el agua, es que se la quieren beber toda!. ¡Menos mal que de vez en cuando llega el EEEEeeea que eres cómo una peeeerla....!! Pero bueno, es de suponer que tendremos muchísimos momentos de PAZ: Sí, cuando todo nuestro entorno, tenga la cabeza inclinada sobre sus teléfonos móviles.