El Museo de Palencia reabrió ayer una vez concluida la renovación museográfica de parte de su exposición permanente. Una actuación, gestionada por la Gerencia de Infraestructuras y Equipamiento de Cultura del Ministerio de Cultura y Deporte,  acometida gracias a la aportación que ha  supuesto el legado de María Luisa Torres Jubete (Saldaña, 1927-Valladolid, 2010). Esta benefactora, licenciada en Historia del Arte y  responsable de la revista Catedral de Palencia, instituyó en su testamento al Museo de Palencia como uno de los herederos de sus bienes, junto al Museo de Bellas Artes de Oviedo y al Monasterio de Santa Clara de Medina de Pomar. A modo de agradecimiento a su gesto se ha colocado una placa conmemorativa.

Las obras ejecutadas permitirán ofrecer a los visitantes del Museo la contemplación de fondos arqueológicos inéditos ingresados en la institución durante los últimos años. Al mismo tiempo, se han instalado nuevos paneles explicativos y se ha creado un nuevo espacio monográfico para conocer los hallazgos arqueológicos producidos en la capital palentina. Esta área permite conocer la historia de la ciudad desde la llegada de los romanos hasta la época moderna. 

Cueva Guantes  y el Pleistoceno, con una importante colección de huesos de oso, tienen  su protagonismo, así como Monte Bernorio y Pico Castro. 

Entre las incorporaciones, citar también el miliario hallado en Cordovilla de Aguilar de 212 centímetros de altura y 51 de diámetro. Presenta una dedicatoria al emperador Decio y a su hijo Herencio, datada en el año 250. De acuerdo a su lugar de procedencia, debió señalizar la vía que conducía de Sasamón a Suances  pasando por Herrera de Pisuerga.

El fin de las actuaciones ha sido mejorar la iluminación de algunas zonas, ampliar y renovar el espacio para actividades didácticas y reformar el espacio de recepción de visitantes, así como la adquisición de nuevas vitrinas y soportes. 

Coinciendo con la reapertura se presentó el libro Alfarería tradicional en Astudillo. La familia Moreno entre los siglos XVIII y XXI. Un importante trabajo, coordinado por Carlos Porro y Enrique Echevarría, que sirve de colofón a la exposición temporal que, con idéntico título, reunió este verano en el Museo más de300 piezas salidas de los alfares de Astudillo durante los tres últimos siglos.