Ciento doce años después del nacimiento y veintisiete años después del fallecimiento de Germán Calvo González, su legado artístico sigue disperso y sin un lugar propio y específico en el que sus paisanos puedan conocerlo y admirarlo.
No se trata de que las instituciones públicas que cuentan con obras suyas renuncien a su propiedad, sino de que trabajen por recuperar aquellas que en estos momentos no se exponen en ningún lugar y, de cara a su adecuada conservación y mantenimiento, se pongan de acuerdo para habilitar y gestionar un espacio museístico en la ciudad natal del gran pintor y muralista.
Cabe recordar que en marzo de 2018 se anunció la venta de la antigua sede de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Palencia (Caja España), que alberga el mural Alegoría del trabajo y la familia, estrechamente relacionado con las actividades productivas de los palentinos. La dualidad de la propiedad del local -Unicaja- y del mural -Fundos- dificulta que esa obra pueda exponerse al público.
A las obras de Calvo en el Ayuntamiento, el cementerio, el palacio del Obispo, la Diputación, la capilla de la Ciudad Asistencial San Telmo y el Museo de Palencia, se suman las repartidas por Ponferrada, Universidad Laboral de Córdoba, Parque Móvil del Estado -mural de los oficios del automóvil- y altar mayor de la iglesia de San Cristóbal del Parque Móvil Ministerios -ambas en Madrid-, la colección de pinturas de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y la diócesis de Salamanca.
Un lugar propio. Así las cosas, y dado el distinto grado de conservación y exposición de ese gran legado, convendría pensar en una dotación específica, bien dedicada en exclusiva a Germán Calvo, bien como museo de arte contempóraneo, en el que pudiera contemplarse junto a la obra de otros artistas palentinos contemporáneos.