Concentración en Palencia contra el "terrorismo machista"

Alberto Abascal
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Cientos de personas han acudido esta tarde a la llamada de la Plataforma por los Derechos de las Mujeres para expresar su repulsa por el asesinato de Raquel Carrión, de 32 años; "joven, trabajadora, madre y, sobre todo, mujer"

Concentración en Palencia contra el "terrorismo machista" - Foto: SARA MUNIOSGUREN

Cientos de personas han acudido esta tarde a la llamada de la Plataforma por los Derechos de las Mujeres para expresar su repulsa por el asesinato machista de Raquel de 32 años; "joven, trabajadora, madre y sobre todo mujer". Las convocantes han lamentado lo que consideran falta en esta ciudad como declaraciones institucionales de condena, actuaciones o campañas de denuncia de la violencia machista. Durante la concentración se ha leído un manifiesto de condena del asesinato, reclamando más políticas contra la violencia de género y pidiendo a la sociedad que se acabe con los eufemismos que rodean los casos de violencia contra las mujeres. La Plataforma por los Derechos de las Mujeres de Palencia mantiene que "los hombres tienen un problema, ya que, para fomentar su masculinidad, creen necesitar dominar a las mujeres".

El manifiesto dice textualmente: " Hoy 27 de septiembre de 2022 (siglo XXI) la PLATAFORMA POR LOS DERECHOS DE LAS MUJERES ha convocado esta concentración para denunciar y condenar el ¡¡asesinato machista!! de una de nuestras vecinas Raquel de 32 años; joven, trabajadora, madre y sobre todo mujer. La ha matado su pareja. La ha asesinado porque era una mujer. Los hombres tienen un problema: para ser hombres, para fomentar su masculinidad, creen que necesitan dominar a las mujeres. Los hombres tienen un problema, son violentos, no saben resolver sus conflictos sin usar la violencia. Los hombres tienen que resolver este problema. Las mujeres tenemos que tomar conciencia y ser más criticas con lo que nos cuenta nuestra cultura: ¡el amor no cambia a los hombres!, no tenemos que ser siempre condescendientes y acceder a sus deseos, ¡¡la intimidad personal de las mujeres se comparte con los hombres solo cuando se quiere!!, las amigas son nuestras aliadas, siempre. Los cuidados son parte de nuestra cultura femenina, y cuido a quién me cuida.

Ayer, aquí en nuestra ciudad, han matado a una mujer - Raquel- con una vida por delante, con proyectos para realizar, con sentimientos para compartir, con unos hijos para educar, con deseos de futuro y fuerzas para luchar. Raquel tenía el enemigo en casa. Y ayer su asesino al que ya había visto violento en más ocasiones, la estranguló y luego fue a quitarse de en medio: el suicidio machista. El agresor se suicida porque su vida ha dejado de tener sentido, ya no puede dominar a una mujer día a día. La ideología de dominación que origina y mantiene la violencia machista hacia la mujer también explica el suicidio de los agresores. ¡¡Asesinan por machismo y se suicidan por machismo también!!. Estamos empezando a creer que las agresiones y los asesinatos a mujeres son un hecho inevitable con el que tenemos que contar cotidianamente. Y lo cierto es que cuando consideramos inevitable un fenómeno social lo convertimos en algo natural, nos acostumbramos. Aceptamos que es una barbaridad y lo denunciamos para tranquilizarnos. Creemos que si lo hacemos visible estamos luchando contra ello y desde luego es el primer paso, pero no es suficiente. Hay que buscar recursos y presupuestos para las políticas contra la violencia de género. La sociedad sigue reproduciendo una estructura central de relación entre hombres y mujeres que es de dominación. Un sistema de dominación que se está convirtiendo hoy en día en un nuevo modelo de patriarcado: el patriarcado violento que se expresa de muchas formas; a veces muy sutiles. ¡Las voces!, ¡los gritos!, ¡el miedo!, ¡la humillación!, ¡el silencio!; todo vale para someter a las mujeres y si tienen un vivo carácter y no admiten la sumisión, los hombres se crecen más. En el imaginario de los hombres no está la igualdad con las mujeres. Esto es algo que forma parte de la vida corriente y así se entiende la impunidad de la violencia machista. Ya lo decía Miguel Lorente "El machismo es cultura, no conducta. Las conductas cambian, pero la cultura permanece, por eso si no hay cambio cultural no habrá cambio social ni podremos erradicar la violencia contra las mujeres" La muerte de Raquel, ayer, no puede ser una muerte más, ¡¡es un asesinato, un feminicidio, la ha matado un hombre por ser una mujer!!; porque creía que lo podía hacer y es necesario pensar qué podemos hacer para frenar el terrorismo machista. ¡Dejémonos de eufemismos! no hay un presunto asesino, hay un hombre que ha matado a una mujer porque le habían inculcado que ser un hombre es, también, dominar a las mujeres. Tal vez solo le interesaba agredirla y tenerla dominada, tal vez discutieron como tantas veces y se le fue la mano y mató a Raquel y su vida dejo de tener sentido y se lanzó al tren. El dolor, la rabia, y el desconsuelo de esas criaturas, de los familiares y amigos que de alguna manera se están preguntando que pude haber hecho para evitarlo. Ese niño, esa niña -los hijos de Raquel -que el día de mañana tendrán que cargar con la historia de su vida y decir bien alto a mi madre la mató mi padre porque era una mujer, un día que no soportó más que ella tenía una vida propia y que no le pertenencia. Y después se suicidó porque ya no tenia futuro, porque ya no tenía a quien dominar. Es dolor, rabia y final. ¡ojalá los hombres dejen de buscar la dominación y no vuelvan a asesinar a ninguna mujer!, ¡ojalá celebremos un día la igualdad y comprensión! ¡¡Ojalá dejemos de ser cobardes y denunciemos lo que se veía venir!! ¡¡hombres: un paso al frente!! NO se mata a las mujeres. ¡Basta ya de asesinatos machistas! ¡Las mujeres nos queremos vivas! ¡Ha muerto una mujer y nos han matado a todas! ¡Ni una menos!". El acto ha finalizado guardando un minuto de silencio en recuerdo de Raquel.