«Quería un cartel de Semana Santa que hiciera pararse»

DP
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Las manos atadas del Cristo de la Sentencia son el motivo principal en la obra de inspiración surrealista creada por este artista palentino

«Quería un cartel de Semana Santa que hiciera pararse» - Foto: Óscar Navarro

El pintor Chema Manzano se suma a la nómina de artistas que han puesto su creatividad al servicio de la Semana Santa de Palencia -declarada de interés turístico internacional-, y una obra suya se ha convertido en el reclamo de este año. 

¿Cómo vivió  que la  Hermandad de Cofradías se fijara en usted para realizar el cartel de Semana Santa?

Fue ilusionante. Sabía que la Hermandad de Cofradías se ponía en contacto con artistas con  intención de crear un fondo de obras de arte de pintores palentinos sobre la Semana Santa y que cada año un cuadro se convirtiera en el cartel anunciador.  Cuando me hicieron la propuesta me pareció fenomenal,  pasé a ver la colección de obras que tiene la Hermandad  para  hacerme una  idea, por  ejemplo de dimensiones, y  me puse a trabajar.

¿Tuvo claro desde el primer momento qué iba a hacer?

No. Creo que, en general , entre quienes nos dedicamos a la creación artística, plantear lo que se quiere hacer cuesta más que la propia ejecución. Sí que tenía claro que no sería  algo relacionado con una representación tradicional de un paso de Semana Santa, que se puede hacer a nivel fotográfico y hay excelentes  fotógrafos en Palencia que han hecho imágenes espectaculares.  Pensé que  podía permitirme el lujo de crear una obra un poco surrealista, que  hiciera pensar de otra manera. 

Siempre me ha llamado la atención el tema gestual de las manos, y es que muchas veces las personas con  ellas te están diciendo lo que sienten, así que me decidí por que fueran unas manos atadas de algún Cristo y, tras analizar los pasos de Semana Santa, me decanté por la imagen del Cristo de la Sentencia.  Después de leer los pasajes de la Biblia en los que Cristo es crucificado y  se rompe el velo del cielo empecé a imaginarme una especie de tormenta sobre la que emergían esas manos suplicantes y dolorosas y el comienzo de la Pasión. Me pareció que  podía se una buena iniciación del cuadro, siempre con una puerta abierta a  la esperanza, y por eso en la parte de abajo de  la obra se ve un despertar, un sol, como símbolo de la resurrección.

¿Cuál ha sido  hasta ahora su relación con la Semana Santa?

Siempre he tenido mucha relación con la Semana Santa, desde pequeño. Me gusta y me encantan los pasos, tanto por lo que he vivido como por una cuestión artística.  Pertenecí  desde los 7-8 años a una banda de cornetas y tambores que desfilaba; también fui miembro de una cofradía. En Semana Santa, como me dedico a la docencia, tengo vacaciones y podría aprovechar para salir, pero siempre me he quedado en Palencia, he preferido marcharme en navidades o  verano. La Semana Santa palentina siempre ha sido atractiva para mí. 

¿Cree que quienes vean el cuadro y sigan su trayectoria le identificarán como su autor?

El cuadro es un poco menos yo que otros, por que es una obra un poco surrealista.  Suelo ser muy realista en mis trabajos y el tratar temas surrealistas en los que provocar a las personas para que con su imaginación  creen lo que puede estar dentro de la obra no es lo que suelo hacer. Pero me parecía que si el cuadro se iba a convertir en un cartel, no debía  ser un mero cartel ante el que pasas, te fijas en la imagen que ya reconoces y sigues, sino que fuera un cartel que cuando  pasas al lado te haga parar y reflexionar sobre qué quiere decir.  Eso tiene que ser con una imagen que no sea totalmente realista, porque estamos tan saturados, que muchas pasan desapercibidas; tienes que aportar algo más para que la imagen sea retenida por las personas que la ven. Desde el primer momento pensé que tenía que ser un cuadro construido para un cartel, lo cual implica que tiene que hacer pararte en seco cuando pasas a su lado.  Con este cuadro quería  que fijara la atención  la gente y que lo interpretara. 

¿Qué comentarios le han hecho sobre la obra?

La verdad es que ha sido muy emocionante. Tuvimos la oportunidad de presentar la obra en Intur, en Valladolid, y también con la Hermandad de Cofradías en la capilla de los Nazarenos a hermanos mayores y las autoridades, y está mal que yo lo diga, pero me dieron todos la enhorabuena, hasta alguien me comentó que se había emocionado y, eso, para mí, es muy gratificante. 

Usted es también el presidente de la Asociación Thieldón, ¿cómo va?

La verdad es que me lleva un tiempo que desearía no tener que ocupar,  pero alguien tiene que hacerlo y tenemos entre todos que empujar un poquito para que Palencia salga del anonimato y día a día anodino sin grades cosas. Creo que hay gente trabajado para que Palencia no sea una ciudad muerta y decadente y nosotros -una serie de artistas- tuvimos que dar un paso adelante y no esperar a que las cosas nos vengan dadas, vamos a hacerlas nosotros. Y en esas estamos.