Sinopsis oficial
Dani, un buen chico que durante los últimos años de su vida se ha dedicado exclusivamente a cuidar de su padre enfermo, decide retomar su vida tras la muerte de éste. Justo cuando ha decidido emprender un largo viaje, conoce a Mila, una chica tan inquietante y sensual como inestable, que convertirá esa noche en una auténtica pesadilla. Las consecuencias de este encuentro llevarán a Dani hasta tal extremo, que se planteará cosas que jamás habría podido imaginar.
La crítica -
Por Juana Samanes
¿Qué transformación puede experimentar un ser humano cuando se ve abocado a vivir una situación límite? Ese el eje argumental del thriller desasosegante que propone el joven director David Victori que recurre a la figura de un inocente que sufre lo indecible cuando se cruza en su camino una mujer fatal.
El argumento transcurre prácticamente durante una sola noche de pesadilla que nos sumerge en la Barcelona más oscura, poblada de personajes turbios y peligrosos.
Rodada gran parte de su metraje con cámara al hombro y reposando prácticamente toda la trama en la soberbia actuación del famoso actor Mario Casas, éste interpreta a Dani, un buen chaval que se ha pasado los últimos años cuidando con esmero a su padre enfermo, sin apenas tener vida social, por lo que su única hermana le está muy agradecida. Pero cuando el progenitor muere debido a su grave enfermedad, Dani se encuentra en una encrucijada sobre qué hacer con su futuro, algo que les ocurre a muchas personas se han convertido en “cuidadores” de sus seres queridos. Circunstancialmente, una noche conoce en una hamburguesería a una atractiva chica “pasada de rosca” que le introducirá, sin pretenderlo, en una serie de situaciones enloquecidas y en una espiral de violencia donde se jugará la vida.
Se trata de un argumento sencillo pero efectivo que funciona como un reloj gracias a un ritmo endiablado y a una banda sonora “machacona”, pero muy apropiada, que sumerge al espectador en ese ambiente agobiante en el que se ve involucrado el protagonista. Ello se suma a la impecable actuación de Casas (que tiene un gran tirón popular) y que, por si alguien tuviera dudas de que con los años el intérprete gallego se ha convertido en un gran actor, sobrecoge en una secuencia mirando directamente a cámara durante casi un minuto.
En el desarrollo de esta historia llena de acción, en la que se suceden catastróficas y sucesivas desgracias, la cámara sigue al protagonista como si fuera una segunda piel, tanto es así que es difícil, en ocasiones, localizar dónde la ha colocado Victori para dar ese aspecto hiperrealista.
También este nuevo realizador ha sido inteligente en la elección del elenco artístico porque Mario Casas, está muy bien rodeado de la debutante Milena Smit y de los eficaces Elisabeth Larena y Fernando Valdivielso.
Una pega achacable a este thriller de poco presupuesto, pero gran ejecución, no hubiera pasado nada porque no fuera tan crudo y explícito en ciertas escenas sexuales de alto voltaje, donde Mario y, sobre todo, Milena debieron sin duda superar cualquier tipo de pudor.