Sinopsis oficial
Roma, 1973. Unos hombres enmascarados secuestran a un adolescente llamado Paul Su abuelo, J. Paul Getty es el hombre más rico del mundo, un magnate petrolero tan multimillonario como avaro. El secuestro de su nieto favorito no es razón suficiente para renunciar a parte de su fortuna.
La crítica -
Por J.M.S.
La última película de Ridley Scott recuerda un suceso que conmocionó a la sociedad de los 70: el secuestro de J. Paul Getty III. Un largometraje que supone una buena crónica de una época, que el cineasta se ha preocupado de que estuviera bien enmarcada en su diseño artístico y de producción, poniendo especial énfasis en el amor de una madre en su lucha contrarreloj para lograr la libertad de su hijo, puesto que para ella, al contrario que para su suegro, lo más importante de la vida eran sus vástagos. Se trata de un personaje cañón, interpretado por Michelle Williams, porque retrata a una mujer de gran entereza que nunca se corrompió por el dinero.
La película resulta bastante estimulante porque ofrece datos sobre cómo se forjan las grandes fortunas, en este caso por acuerdos petrolíferos, y la condición imprescindible para amasarlas: una personalidad donde prima un egocentrismo manifiesto.
Ridley Scott ha partido de un guion de David Scarpa (La última fortaleza), basado en el libro de John Pearson que tiene un título tan expresivo como largo: “Dolorosamente Rico: las indignantes fortunas e infortunios de los herederos de J. Paul Getty”. La historia resulta cinematográficamente atractiva porque mezcla un drama emocional con un thriller, lo único que “chirría” es la composición que se hace del mafioso interpretado por el actor Romain Duris, que resulta cantinflesca.
No obstante, se estrena este film, inspirado en hechos reales, con una publicidad gratuita porque su director, Ridley Scott, decidió “borrar” del mismo al actor Kevin Spacey tras ser acusado de abusos sexuales por parte de varios jóvenes de la famosa serie televisiva House of Cards. Fue sustituido en su papel por Christopher Plummer, que ha sido nominado a mejor actor de reparto en los Oscar 2018 pero, que nadie piense mal, porque el casi nonagenario intérprete está fabuloso encarnando al avaro patriarca de la familia Getty.