Toyi Marcos Sosa

Desde mi ventana

Toyi Marcos Sosa


Reflexión por amor

19/05/2024

Y la historia sigue. No hay nada más hermoso además de contribuir en este caso a que muchas mujeres desde distintas latitudes se hayan sentido felices envidiando sanamente a la esposa del presidente del Gobierno español. Algo así como si nuestro país hubiera estado situado en el centro de los cuatro hemisferios, pues en sus boletines de noticias han informado que el presidente, además de ser el «p… amo», tal como asevera en plan de oficiosidad de entrega uno de  los ministros que mejor vocaliza en verso y en prosa, tiene el corazón 'partio'. En  fin, que todas las señoras se han enterado que no salía de casa pues estaba cabizbajo y triste reflexionando qué hacer con su vida por amor. Amor: maravilloso vocablo. Aunque cercanos, la mayoría no tenemos ni idea del tipo de problema que tan ilustre dama padece. Tan solo, y en  jerga popular, dicen que es el hada madrina de gente muy principal. ¿Será eso tan malo? Por lo que cuentan unos, las cosas son muchas y parecidas mientras que otros opinan que son distintas. De hecho, lo que es distinto no puede ser parecido, ni lo que es parecido ser distinto, dijo alguien hace muchos siglos. Un galimatías más del sin fin de trabas que nos envuelven: «El arzobispo de Constantinopla se quiere desarzobispoconstantinopolitanizar…». Algunos tertulianos creen que son dos los caminos necesarios: el de la verdad y el que se cuenta. El primero es el de la realidad y el segundo, el de la apariencia. Julio César, dijo aquello de: «Mi esposa, ni siquiera debería estar bajo sospecha». Frase que más tarde se  transformó en: «La mujer del César, no solo tiene que ser honrada sino también parecerlo». Y en nuestro pueblo añadían: «El que no tiene coco, no tiene miedo». Si comparecer en ciertos sitios da miedo a muchas personas, la opinión pública será la que juzgue y sentencie. En cambio, si acuden sin amnesia ni astucias,  saldrán reforzadas de la equivocación. Si la hubiere. ¿A qué pueden tener miedo personas que no titubean cuando hablan en público ante cientos de personas, un atril en una universidad o en las Cámaras representativas del pueblo? 
¡No, a la guerra! La vida es bella y el amor, maravilloso.