Palabra de amigos

E. Marín
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'Gerar' y Mota -que se apostaron adelgazar a cambio de conseguir dinero para comprar juguetes a los niños enfermos- cumplen con la parte solidaria y con la más jocosa del reto, saliendo a la calle sin pudor alguno

Palabra de amigos - Foto: sara muniosguren

- Foto: dp

 

Misión cumplida. La apuesta que dos amigos palentinos se hicieron hace poco más de un mes ha llegado a su culmen y se han cumplido todas los retos marcados.
 
En este caso, José Antonio Martínez Mota y Gerardo Rodríguez no dejaron que el azar decidiera quién debía ser el ganador de la apuesta, sino que han tenido que sufrir para ser el contrincante que más kilos perdiera en este tiempo.
 
Todo comenzó como una aventura entre amigos, a la que siguió la creación de una página en facebook bajo el nombre No estamos gordos que sabemos lo que queremos y que continuó con el apoyo de 417 personas. Cientos de seguidores que también formaron parte de la apuesta, ya que se comprometieron a aportar un euro por cada kilo de peso que bajaran Gerar y Mota.
 
Pues bien, ese dinero se convirtió ayer en regalos y estos dos amigos se acercaron hasta el Río Carrión para entregar a los niños allí ingresados juguetes con los que hacer más amena su estancia estos días festivos.
 
Sorpresa, ilusión, alegría y satisfacción por lograr que con sus kilos puedan hacer un poco más felices a estos pequeños fueron algunos de los sentimientos que ayer se vivieron en el Hospital. Pero como han sido muchos los que han apoyado a estos dos amigos -a los que se han unido empresas y particulares que han entregado regalos y juguetes-, serán muchos más los niños que puedan recibir un detalle, aunque todavía está por determinar.
 
Pero la apuesta tenía una doble cara: el perdedor tenía que pasearse en manquini por la calle. Y así lo hizo. Pero Gerardo, que ha logrado bajar menos kilos que Mota (14,1 frente a 15,7), no estuvo solo. Si el movimiento se demuestra andando, la amistad no lo es menos y Martínez Mota se unió al desfile que ambos realizaron por la Calle Mayor.
 
No faltó el bombín, la pajarita y el buen humor que les caracteriza a los dos y que, ante la mirada atónita de los palentinos, demostraron que el pudor no puede competir con la solidaridad.