La consulta postcovid atiende a una treintena de pacientes

César Ceinos
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Falta de memoria, fatiga crónica y problemas respiratorios son algunos de sus síntomas

Imagen de archivo de una consulta postcovid en un hospital de Castilla y León. - Foto: JONATHAN TAJES

Cuatro años se cumplirán el próximo jueves de la publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE) de la primera declaración de estado de alarma para gestionar la situación de crisis sanitaria ocasionada por la pandemia de coronavirus. Fue el momento en el que se reconoció abiertamente en España (al menos en el plano político) la gravedad de un problema de salud que partió de China y que, prácticamente, llegó a todos los rincones del planeta. Quizá muchos palentinos recuerden esta etapa como una pesadilla ya concluida, pero hay otros que siguen sufriendo los efectos de la infección en primera persona. Son los pacientes de covid persistente (o long covid en inglés), un síndrome que se caracteriza por seguir con los síntomas del virus, pese a dar negativo en las pruebas de diagnóstico, y del que aún queda mucho por conocer. 

El Complejo Universitario Asistencia de Palencia(Caupa) fue pionero en Castilla y León en atender a este tipo de enfermos con la creación de la primera consulta postcovid de la comunidad. Se puso en funcionamiento el 22 de junio de 2020, entre la primera y la segunda gran ola de contagios, y aún sigue en marcha para hacer el seguimiento homogéneo de los pacientes. En estos momentos da servicio, aproximadamente, a una treintena de personas, según detalla su actual responsable, el facultativo de Medicina Interna Carlos PérezDelgado. Cuenta también con la labor de dos técnicos en cuidados auxiliares de enfermería (TCAE), que se turnan. 

«Atendemos a la semana a cuatro o cinco pacientes y solemos revisarlos cada tres o seis meses, dependiendo de cómo se encuentren», expone el facultativo, quien detalla que no existe un perfil concreto de las personas que padecen este mal. «No hay un patrón claro. No han tenido que pasar por la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) para tener covid persistente. A pesar de estar vacunados y pasar el virus en buenas condiciones, en casa sin necesidad de ingreso, a algunos les han quedado secuelas y tienen la mala suerte de que asimilan el covid-19 de una forma que, después, les produce una incapacidad que hace que necesiten de nuestra valoración», añade. En total, calcula que en torno al 1% de los infectados sufre síntomas que llegan a provocar la incapacidad para llevar una vida normal. Entre ellos, hay personal sanitario, aunque «no es exclusivo de gente que ha trabajado con personas con covid». «También hay deportistas», subraya.

Pérez Delgado destaca que los principales problemas que padecen estos enfermos son tres: parestesia (debilidad muscular), problemas de memoria, olvidos y concentración, y disnea (dificultad respiratoria o falta de aire). «Pueden sufrir todos, dos o uno y les limita en su día a día. Dan negativo en las pruebas y lo más frustrante para nosotros es que, cuando intentamos evaluarles con distintas pruebas (como una espirometría, una resonancia magnética cerebral o una electromiografía), la gran mayoría está dentro de la normalidad o con parámetros muy poco alterados. En cambio, la clínica, en estos casos, es muy florida y les incapacita. Es lo que llamamos una disociación clínico-analítica», explica.

Pero no son los únicos síntomas. El Ministerio de Sanidad detalla que «se ha descrito un gran número». A los anteriores se pueden sumar también pérdida de apetito, dolor de estómago, debilidad en las uñas, cambios en la tensión arterial, dificultad para tragar, pérdida de gusto y olfato y alteraciones del estado de ánimo. Además, señala que «afecta a personas de cualquier edad, aunque parece más frecuente en edad media y en mujeres» y que los síntomas pueden fluctuar o persistir en el tiempo, empeorar con el esfuerzo físico y mental y provocar limitación de la capacidad funcional.

EMPATÍA. Por otro lado, Pérez Delgado explica que la consulta postcovid «es bastante empática», ya que «por desgracia, como les digo algunas veces, no tenemos una pastilla que les quite toda la sintomatología». «He estado en congresos recientes y varios compañeros exponían que en estos momentos no hay un medicamento específico para el covid persistente», lamenta. Únicamente cita el uso de algunos fármacos para la fase aguda de los primeros días y para un determinado grupo de pacientes. «Se le aplica los primeros días para que la clínica del covid-19 sea lo más leve posible. Y no siempre se consigue», reconoce el internista del Caupa, que recibe a los pacientes, normalmente, tras ser derivados por el médico de atención primaria, aunque pueden llegar de cualquier especialidad.

No obstante, explica que el número de pacientes que necesita pasar por esta consulta, en líneas generales, va descendiendo con el paso del tiempo, aunque «siempre dejamos la puerta abierta, estamos a disposición de los pacientes y mantenemos la posibilidad de que haya un medicamento». De hecho, cabe destacar que, entre el inicio de la consulta, y octubre de 2022, pasaron por la consulta más de 1.700 personas y que la cifra ascendió a 2.500 si extendemos el período hasta marzo de 2023. Pese a esta caída, Pérez Delgado comenta que la asistencia y el mantenimiento del servicio postcovid continuará. «No se ha planteado en ningún momento suprimirla. El Caupa apuesta por su mantenimiento y seguiremos con ella», opina.

Una enfermedad que tiene un elevado impacto en la calidad de vida, tanto laboral como social. El Ministerio de Sanidad asegura que el covid persistente «produce un elevado impacto en la calidad de vida y en los ámbitos laboral y social» yMaría, nombre ficticio porque prefiere no dar sus datos de filiación, así lo corrobora. «Después del contagio ya no mejoré nunca», asegura. Sufre síntomas que le impiden llevar la vida que tenía antes de que se infectara de coronavirus. Algunos de los que cita son cansancio extremo, intolerancia al esfuerzo, dolores de cabeza y, en el aspecto neurológico, falta de concentración y de memoria. «Hasta caminar me provoca dolores de articulaciones, de huesos y musculares. Por poner algún ejemplo más, ya no puedo leer libros ni tampoco conduzco», añade.

Explica que, como no mejoraba su salud tras superar la covid-19, acudió al médico de atención primaria, que la derivó a la consulta postcovid del Caupa, donde le confirmaron la enfermedad, que, en su caso, tiene síntomas compatibles con la fatiga crónica (encefalomielitis miálgica). Posteriormente, fue tratada por varios especialistas, si bien tuvo que buscarse por su cuenta un fisioterapeuta, con quien practica pilates terapéutico. «También me mandaron al neurólogo y ahora me está viendo un internista.Me están haciendo varias pruebas y análisis. Hacen lo que pueden porque no saben cómo curarlo», explica.

En el plano laboral, explica que la covid persistente le impide trabajar y lamenta que esta enfermedad, que no ataca a todos por igual, aún no sea reconocida como causa de incapacidad para tener una cobertura social adecuada. «Yo no puedo desarrollar mi vida profesional», subraya. Ante esta situación, critica que «hay mucha incomprensión» hacia los pacientes y que prefiere no decir que sufre este mal vinculado a la pandemia de coronavirus. «Se debe investigar más, prestar más atención a los pacientes y darle una mayor visibilidad», concluye.

MÁS DE 1.600 MUERTOS CON CORONAVIRUS.  El número de personas fallecidas tras un diagnóstico positivo de covid-19 en la provincia asciende a 1.623, el 17,41% del total de las muertes en la provincia entre el 1 de marzo de 2020 y 2024, según los datos facilitados por la Junta de Castilla y León, que sigue actualizando la información relativa a la situación epidemiológica del coronavirus, aunque con mucha menos frecuencia que al inicio de la pandemia y en los momentos de mayor contagio y hospitalización de enfermos graves.

Cabe recordar que la enfermedad atacó especialmente a las personas de mayor edad, como demuestran las estadísticas. El 70% de los fallecidos con covid (fuera o no la causa básica de defunción) ya había cumplido los 80 años. Concretamente fueron 1.142 palentinos, 506 hombres y 636 mujeres. Pese a ser más alto el dato femenino, la tasa de mortalidad en este grupo etario (59,62 por 1.000 habitantes) fue inferior a la masculina, que se elevó hasta los 86,36 por 1.000 habitantes.

Por debajo de las ocho décadas, sobresalen, por cantidad, las 281 muertes de palentinos con edades comprendidas entre los 70 y 79 años. En este caso, 202 de los fallecidos fueron hombres y 79 mujeres, lo que en términos relativos se tradujo en unas tasas de 22,71 por 1.000 y 9,14 por 1.000, respectivamente. Los fallecidos de 60 a 69 años fueron 129 (91 hombres y 38 mujeres) y de 50 a 59 años, 50 personas (30 y 20 respectivamente). 

En Castilla y León, la mortalidad total de los últimos cuatro años ascendió a 128.830 personas, de las cuales tenían coronavirus diagnosticado 20.004, el 15,52%, casi dos puntos menos que en Palencia.
Por otro lado, el Complejo Asistencial Universitario de Palencia (Caupa) registró en los últimos cuatro años 778 decesos de personas con coronavirus y, actualmente, atiende a dos contagiados, que están hospitalizados en planta. Según la última actualización, no hay ningún paciente infectado en las unidades de críticos. Además, destacar que la tasa de ocupación hospitalaria por 100.000 habitantes es de 1,27 personas y que, en todo el cuatrienio, se firmaron 4.748 altas relacionadas con el virus que surgió en China a finales de diciembre de 2019.

En los complejos hospitalarios de Castilla y León, la cifra de fallecimientos con covid se elevó hasta los 9.365, registrándose las cifras más altas en León (1.361) y Salamanca (1.312).En este punto, hay que recordar que la ciudad de Valladolid dispone de tres centros: el nuevo RíoHortega (donde hubo 833 muertos), el Clínico Universitario (757) y el edificio Rondilla del Clínico (113), que ocupa el inmueble del antiguo Río Hortega.

Respecto a la tasa de incidencia acumulada de casos en personas de más de 60 años en los últimos siete días, destacar que  la cifra palentina (1,78 por 100.000 habitantes) es la segunda más baja de la comunidad, solo por detrás de la burgalesa, con 1,72 por 100.000 habitantes. Si se cuentan los últimos 14 días, el número sube a 5,34 por 100.000 habitantes.

VACUNACIÓN. 34.096 palentinos fueron inoculados con la dosis de refuerzo contra la covid-19 en la campaña de vacunación 2023/2024. Equivale, aproximadamente, al 21,43% de la población de la provincia. En el caso de los mayores de 60 años, el porcentaje alcanzó hasta el 51,9%.