Como un traje a la medida de cada paciente, la Fundación Instituto Roche presentó su Observatorio de Tendencias en Medicina Personalizada de Precisión en el marco de una jornada en la que su vicepresidente, Federico Plaza, puso el acento en la necesidad de «dar un salto en el tiempo» para analizar lo que en estos momentos son «avances por consolidar que formarán parte de nuestras vidas». 

En este sentido, las diferencias interindividuales en la composición del microbioma, que centró una primera mesa de discusión moderada por el director del Instituto de Investigación 12 de Octubre i+12, Joaquín Arenas, podrían servir como base para la instauración de estrategias, la búsqueda de biomarcadores de riesgo, diagnóstico y pronóstico de enfermedades como la obesidad, el cáncer o el alzhéimer, el diseño de planes terapéuticos y el desarrollo de estrategias. 

No en vano, Rafael Cantón, que ha impulsado el estudio secuencial del microbioma respiratorio en el paciente con fibrosis quística y bronquiectasias, aseguró que, desde un punto de vista fisiológico, el conjunto de comunidades microbianas, genes y metabolitos que colonizan nuestro organismo «debería considerarse un órgano más». Porque, según apostilló en el marco de un coloquio de la mano de los doctores Rosa del Campo y Alejandro Mira, «junto a otras ciencias como la genómica y la proteómica, contribuirá a la configuración de la atención del futuro».

El foro organizado por la Fundación Instituto Roche también abordó una medicina preventiva personalizada que «permitirá anticiparse al desarrollo de futuras enfermedades de manera individualizada». Un cambio de paradigma que pasa por la incorporación de nuevas pruebas genéticas, la secuenciación del genoma al nacer o el propio perfil farmacogenético».