El 'Cuéntame' de cómo votamos

O. H. - C.H.S.L.
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La provincia dio el 'sí quiero' a la Carta Magna en un tiempo sin teléfono en algunos pueblos, en medio del destape en los cines y con un importante apoyo al texto en los barrios periféricos de la capital

El ‘Cuéntame’ de cómo votamos - Foto: Óscar Navarro

«El 58,86% del censo (el 79,11% de los votantes) dijeron Sí a la Constitución». Con este titular, El Diario Palentino del día 7 diciembre de 1978 anunciaba los resultados y el beneplácito de la provincia a la Carta Magna. Un texto que en Palencia se votó sin complicaciones, sin incidentes aunque sí con un anecdotario variado.

Pero primero vayamos con algunos apuntes que ubiquen la jornada electoral más importante de la historia del país en la realidad de Palencia. Por ejemplo, en esas fechas se estrenaba el servicio telefónico automático de Torquemada y las simples conexiones telefónicas llegaban, por fin, a Bahillo, Itero Seco, Guzón de Ucieza y Villota del Duque. A estas últimas, la comunicación llegó gracias a que la Diputación abrió la caja, mediante un convenio con Telefónica. 40 años después, lo que se busca es llevar las nuevas redes como Internet.

Dos eran los coches más anunciados en las páginas del decano de la prensa palentina y único periódico de Palencia: por un lado el Citröen GS, un prodigio de entre 55 y 65 cv, con un anuncio hoy políticamente incorrecto.  «Hoy el GS es un coche experimentado y familiar para todos nosotros. Sin embargo es único. Pregunte a quien tenga un GS. Es difícil explicar lo que se siente cuando arrancas y se levanta como si estuviera vivo; cuando ruedas a 150 y no se nota más que el aire apartándose sin resistencia». ¡150! por aquellas carreteras. Porque de doble calzada en Palencia, ni el vial. El otro era el Ford Fiesta, con una tómbola previa a las navidades. Mientras, en la recién inaugurada factoría de Fasa Renault de Villamuriel salían poco a poco los R-12 y los R-18: 13.700 en un año. 

El ‘Cuéntame’ de cómo votamosEl ‘Cuéntame’ de cómo votamos - Foto: Óscar NavarroEn el Ayuntamiento, la Alcaldía la ostentaba José María Garrachón Juárez, mientras que los designios de la Diputación los marcaba Ángel Casas Carnicero. Los últimos no democráticos, puesto que las primeras elecciones municipales se retrasaron hasta 1979.

asociacionismo vecinal. En la ciudad nacía la asociación de vecinos de Virgen del Carmen, que reclamaba mejoras en el parque de las Casas del Hogar que se deterioraba de día en día, y denunciaba una plaza central deficientemente urbanizada y problemas en las calles interiores de la segunda fase. 

Aquel día se estrenaba en el Cine Rey Don Sancho, para mayores de 14 años, «una película extraordinaria: California, en la mejor tradición del Western. Con la participación de Giuliano Gemma, Miguel Bosé y Paola Bosé».

El ‘Cuéntame’ de cómo votamosEl ‘Cuéntame’ de cómo votamos - Foto: Óscar NavarroCinematográficamente hablando, aquel día después de trabajar (era día laborable), se podía acudir a los cines de Palencia para visionar algunas de las películas ahora míticas en el imaginario del destape o de lo que se llamó el cine S de la transición. Así, en el Teatro Principal se despedía Pepito Piscinas, para dar paso al día siguiente a Ángel Negro; en el Rey Sancho se proyectaba la referida California y en el Ortega  Enmanuelle y Carol. El Proyecciones, en sesión continua desde las 4 de la tarde, exhibía A través del Espejo: «clasificada S. Se advierte al público que esta temática o contenido pudiera herir la sensibilidad del espectador», apostillaba la cartelera. Más ligerita, en el Avenida, Love Story de un adolescente. Para los niños, la opción era la televisión con Un globo, dos globos, tres globos, y las aventuras de El Oso Colargol.

Y en literatura, seguíamos con la serie S, puesto que el ganador del premio Planeta era Juan Marsé, con La Muchacha de las bragas de Oro, que más tarde adaptó al cine Vicente Aranda, con Victoria Abril. La Librería de El Diario vendía el libro al precio de 400 pesetas. Tanto destape, hizo que ya por entonces la colaboradora de este rotativo Carmen Quintanilla Buey dedicara un artículo de opinión a la palabra Pornografía.

Por si el resultado a alguien le daba dolor de cabeza, aquella jornada las farmacias de guardia eran la del Manuel Arangüena (Barrio y Mier, 8) y la de Soledad Gutiérrez (Modesto Lafuente, 23). Solo la primera resiste el paso del tiempo, aunque con otro licenciado. Y si no eran los resultados, sí podría ser el ruido de la propaganda el que provocara jaqueca a unos palentinos poco acostumbrados aún a las proclamas a viva voz. Un día antes del referéndum, se agradecía, decía El Diario, el silencio de la propaganda acallada por el día de reflexión. Un silencio necesario porque «los partidos políticos han sido inmisericordes».

El ‘Cuéntame’ de cómo votamosEl ‘Cuéntame’ de cómo votamos - Foto: Óscar NavarroLa jornada. Estaban llamados a las urnas 141.486 electores en toda la provincia, de los que 46.936 vivían en la capital. Fue el año del estreno en unas votaciones de la mayoría de edad en los 18, en vez de a los 21. En esa franja de edad había 14.687 palentinos. 

En pleno diciembre, un miércoles electoral, dio lo que dio. Un Sí rotundo de quienes acudieron a las urnas. «La noticia entre nosotros es que también Palencia ha respaldado la Constitución por clara mayoría de los votos», reflejaba El Diario Palentino al día siguiente. 

De los 141.362 miembros del censo electoral, votaron un total de 105.180 electores. De todos ellos, 83.215 personas ratificaron la Carta Magna (un 79%), por los 15.659 que no querían ese texto o, al menos, no de esa forma. Además, decían los periódicos que «las abstenciones (unas 36.000 personas) entrañan un claro significado político también, aunque no hay que ignorar que la comodidad tiene algo que ver con la incomparecencia en las urnas».

En aquella tercera jornada de votación, tras la elección de las Cortes Constituyentes y el referéndum sobre la Ley para la Reforma Política, la normalidad fue la tónica, sin las colas de las primeras elecciones, y con la apertura de todos los colegios «por aislados que fueran»  a las 8 de la mañana. 

El primer municipio en enviar sus resultados electorales fue Belmonte, que cerró su mesa a las 7 de la tarde. De las 48 personas mayores de 18 años votaron, 37. 21 de forma afirmativa y 15 para la negativa. El otro sobre fue vacío. En el lado opuesto, Carrión, que cerró su colegio pasadas las 3 de la madrugada. La proporción de los votos a  favor de la Constitución allí fue de 10 a 4. 

La única unanimidad de la provincia se dio en Villaherreros. Allí los 14 votantes decidieron que la Constitución era positiva para España y dieron su beneplácito. En cambio, en su vecino Villasarracino y en Villacidaler, ganó el No. Fueron los dos únicos municipios de Palencia donde ocurrió aquello. Siguiendo con los pueblos, en el más pequeño por entonces, Baquerín de Campos, votaron 32 personas, con 26 Sí y 4 No. En Guardo, por entonces la segunda localidad de la provincia, 3.600 personas votaron a favor y 348 en contra.

Los barrios garantes del sí. En la capital también ganó de forma abrumadora la opción del Sí, con 27.884 votos a favor y 5.696 en contra. Curioso fue que el colegio de Francisco Franco fue donde más síes se recogieron, también porque era  el que más electores tenía, y en él hubo que instalar, por primera vez  tres mesas: 1.730 Sí frente a 191 No. Es decir, nueve votos a favor por cada uno en contra. La  mayor diferencia a favor del Sí se dio en el colegio Juan Mena (Cristo), con 14 afirmativos por cada uno negativo.

En el extremo opuesto, los colegios de Diputación Provincial y Servicio Doméstico fueron los que en menor medida apoyaron la Constitución: apenas dos votos positivos por cada No depositado en las urnas.

Es decir, una enorme polarización de la sociedad dependiendo de si se vivía en los barrios obreros más populosos, como San Juanillo o El Cristo; o bien en el centro, en teoría más elitista. Algo que con los resultados en la mano, sigue ocurriendo.