El Comedor Social ha servido 150.000 comidas a sus 'invitados'

E. Marín
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Hace tres años que abrió sus puertas y, aunque la demanda es menor que en 2012, cada día da una media de 120 comidas

Callos con garbanzos y natillas. Desde aquel primer menú puesto sobre la mesa hace tres años han sido miles los que ha ofrecido el Comedor Social Siempre Contentos a los más necesitados.

Todo comenzó hace ocho años. En aquellos momentos la crisis comenzaba a golpear en el seno de muchas familias y un palentino tuvo la idea de poner en marcha un proyecto en el que la aportación de unos, cubriera las necesidades básicas de otros.

Pepe Calderón logró que el 16 de octubre de 2012 se abrieran las puertas de este centro, que siempre ha tenido por bandera ser el primero de coste cero de toda Europa.

Tras crearse la Asociación Benéfica Virgen de la Soledad  y gracias a Mariano Hernando Polo, un vecino de la capital que cedió para la causa un local en la calle Pintor Oliva, Siempre Contentos comenzó una andadura que cumple ahora tres años no exentos de problemas.

«Más de 150.000 invitados han pasado por estas instalaciones y eso es lo que nos hace seguir adelante y estar orgullosos de todo lo conseguido», destaca Pepe Calderón.

En 2013 fueron 50.000 las comidas que se sirvieron en el comedor, mientras que en 2014 se dieron 43.600. La demanda ha bajado con el tiempo, señal de que la crisis ha comenzado a remitir o, al menos, está dando un respiro a muchas familias.

«Hay gente que logra un trabajo o la ayuda de familiares y amigos y deja de venir, lo que nos hace sentirnos contentos por lo que hemos podido aportar durante un tiempo a mejorar su situación», añade.

En verano se nota un descenso en el número de usuarios se refiere, pero con la llegada del mal tiempo comenzarán a llenarse las sillas del centro que tiene capacidad para un centenar de personas, aunque se pueden hacer turnos cuando la demanda así lo exige.

Así, durante los últimos meses se ha atendido a unos 120 invitados al día, que serán 150 a partir de los próximos meses.

Respecto al perfil de los usuarios del Comedor Social Siempre Contentos, mientras los primeros meses fueron personas que estaban en la calle o precisaban ayuda por parte de distintos organismos, luego llegaron ciudadanos a quienes la crisis había hecho daños y, en ocasiones, se ha atendido a familias enteras que no pueden afrontar todos los gastos.

«Todos los que llegan al comedor necesitan comer. Cada persona que cruza la puerta tiene perfectamente justificada la necesidad de un plato caliente. Ahora mismo se atiende a dos familias, una de ellas con tres hijos, que atraviesan una delicada situación y no pueden afrontar los gastos para cubrir las necesidades básicas», apunta el responsable del comedor.

aportaciones. En este tiempo han sido muchos los que han apoyado  este proyecto sin esperar nada a cambio. Voluntarios, empresas, personas anónimas y pueblos de la provincia han aportado su granito de arena para que Siempre Contentos saliera adelante.

Más de una veintena de empresas hace entregas habituales de víveres o dinero, al igual que lo hacen sindicatos agrarios, organizaciones de distinta índole, particulares y ayuntamientos de la provincia.

A estas aportaciones se suman las de los voluntarios. En este tiempo han pasado por las dependencias del comedor más de 60 personas que han entregado su tiempo de forma desinteresada para ayudar en distintas tareas, tanto de la cocina como del mantenimiento de las dependencias.

Pero ahora hace falta alguna ayuda más. «Necesitamos gente para la cocina y para el reparto de alimentos, porque algunos se han tenido que ir y otros tienen otras cuestiones que atender», apunta Calderón.

Además de las comidas diarias, la Asociación Benéfica Virgen de la Soledad tiene una nave en el  Polígono en la que atiende cada mes a 400 familias, a los que entregan víveres.