Una célula convectiva arrasa campos y pueblos de la provincia

O. Herrero
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Causó notables daños desde Castil de Vela, donde entró con «granizo grueso», hasta Astudillo, con «piedras menores»

Una zona anegada de Astudillo con bloques de hielo flotando tras la tormenta en la noche del miércoles. - Foto: DP

• Las precipitaciones provocaron rotura de tejados e inundaciones en varios puntos que obligaron a evacuar algunas viviendas por el peligro de inundaciones.

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Girasol anegado en Castromocho.
Girasol anegado en Castromocho. - Foto: Eva Garrido
Granizo recogido en Astudillo
Granizo recogido en Astudillo
Granizo recogido en Astudillo
Granizo recogido en Astudillo - Foto: DP
Montones de Granizo en Astudillo.
Montones de Granizo en Astudillo. - Foto: DP
En Astudillo fue necesario retirar el granizo con la pala de tractores
En Astudillo fue necesario retirar el granizo con la pala de tractores - Foto: DP
En Astudillo fue necesario retirar el granizo con la pala de tractores
En Astudillo fue necesario retirar el granizo con la pala de tractores - Foto: DP

 
La tormenta que barrió la provincia en la tarde-noche del miércoles será difícil de olvidar para muchos. Por su aparato eléctrico, por el ruido que éste provocaba y sobre todo por la piedra que arrojó el cielo sobre la línea imaginaria entre Castil de Vela, en la linde con Valladolid, y Astudillo. 
Un fenómeno muy visible desde prácticamente toda la provincia pero que afectó, en realidad, a una franja muy estrecha de la misma. Eso sí, por donde pasó, ayer aún seguían intentando poner en orden el pueblo.
Según la Delegación de la Agencia Estatal de Meteorología en Castilla y León, se produjo una célula convectiva «que por los datos que tenemos entró en la provincia de Palencia en las inmediaciones de Castil de Vela con granizo grueso  a la 18,50 y salió por Astudillo con piedras menores a las 19,10 horas».
Algo muy localizado. Tanto en precipitaciones como en vientos. «Con nuestro radar es imposible saber si ha habido un tornado en un punto concreto. El fenómeno puede darse en apenas metros cuadrados, no digo kilómetros, sino metros», afirmaba ayer Juan Pablo Álvarez, jefe de Predicción de la Aemet en Castilla y León. De hecho, las estaciones meteorológicas automáticas más cercanas a esta línea no registraron apenas variaciones. La de Villalón en Valladolid,  apenas a 10 kilómetros de Castil de Vela no registró ni grandes precipitaciones ni incremento en las rachas del viento. La de Autilla, manifestó una gran bajada de las temperaturas de seis grados en una hora, coincidiendo con la tormenta. En muchos municipios cercanos a los pueblos afectados no hubo pedrisco y ni siquiera precipitaciones en forma de lluvia.
Los problemas se reprodujeron en Capillas, Castil de Vela, Belmonte, Villarramiel, Boada, Meneses, Amusco, Fuentes de Valdepero, Castromocho, Astudillo, Villaumbrales, Becerril, Grijota, Monzón y Paredes de Nava. También en el campo, como señaló Asaja a través de un comunicado: «Hasta tal punto ha sido virulenta la tormenta que hay campos de girasol que no van a poder cosecharse, porque han quedado arrasados completamente», lamentaron desde la organización agraria. Las piedras llegaron, según Asaja, en algunos momentos a tener 5 centímetros de diámetro, lo que provocó la rotura de tejados ligeros y cristales.
 
Evacuación de viviendas. Sin embargo, lo que más asustó a muchos vecinos de las localidades afectadas fueron los problemas que las precipitaciones causaron en los sistemas de evacuación de agua.
Así, en Astudillo, según manifestó su alcalde, Luis Santos, hubo casas, sobre todo de la zona baja del pueblo, en las que fue necesario sacar a la gente en previsión de que las calles se anegaran. El agua llegó a crear balsas de hasta un metro ante la imposibilidad de los tragantes de asumir todo el agua, y las hojas y ramas que tronchaban los granizos. Además, las piedras se acumularon hasta llegar a alcanzar «hasta dos metros de altura en algunas zonas. Ha habido que quitarlas con tractores». En su caso particular, Santos estuvo, como otros vecinos, «sacando agua de casa hasta las 12 de la noche».
Las labores para la recuperación de la normalidad en el municipio seguían ayer. Lo mismo que en Monzón de Campos, donde aunque no se produjeron daños en las viviendas, los trabajadores municipales se afanaban en hacer desaparecer las balsas generadas debido a que las hojas de los árboles habían taponado las alcantarillas, afirmó su primer edil, Mariano Martínez.
Lo mismo que en Villarramiel, donde su alcaldesa, Nuria Simón reconocía no haber conocido una «granizada tan importante como que vi el miércoles». «Afortunadamente los daños no han sido grandes en el pueblo, salvo por la evacuación del agua».
 
LOS DATOS
2 avisos registró el 112 para advertir de la presencia de ramas en las carreteras: una en Fuentes de Nava (P-940) y otra en la A-67 en Aguilar.
 
3 fueron las llamadas al 112 advirtiendo que había «muchos relámpagos».
 
0 salidas hicieron los bomberos de los parques de las zonas afectadas (Ampudia, Paredes y Frómista).