Dulzura en la Montaña Palentina

Mirella Mediavilla
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La empresa cerverana pastas Uko cumple su 60 aniversario. La receta de la abuela sigue viva y se extiende a nivel internacional

Ciencuenta gramos de amor, dos cucharaditas de dedicación, cuatro vasos de paciencia y unas gotas de delicadeza son los ingredientes necesarios para que una empresa como pastas Uko lleve floreciendo durante 60 años. Un negocio que se ha ido amasando a lo largo de tres generaciones con la elaboración de pastas y hojaldres que endulzan desde Cervera de Pisuerga todos los paladares que tocan.

Dicen que las penas con pan son menos penas, así que con hojaldres deben ser casi imperceptibles, y más si tenemos en cuenta que Uko los fabrica de una manera completamente artesanal, manteniendo intactas su raíz y su esencia: el crujiente hojaldre. La calidad y la presentación con las que son tratados hacen de estos productos un sello de identidad de la zona.

Las riendas de la empresa a día de hoy las lleva Alejandro Merino, nieto de los fundadores, con la ayuda de su mano derecha, su tía Esther. Juntos se han propuesto revolucionar  la imagen de la marca y, a su vez, del mercado. Sin pausa, pero sin prisa, el secreto de este indudable triunfo reside en avanzar  aportando aires frescos e innovadores desde su fiel Montaña Palentina.

Según afirma un orgulloso Alejandro, se encuentran en «un proceso de transición» con el que buscan adaptar el mercado actual a una nueva imagen más centrada en el románico de la zona. Como ejemplo, han optado por «la caja de Socorritos con la iglesia de Cervera en el frontal, o la de lazos de chocolate con el pórtico del templo de Moarves de Ojeda para enfocarlo al tema comarcal».

Progreso. Con azúcar glaseado, con chocolate o en esencia pura, pastas Uko ha conseguido llegar a todos los puntos de la geografía española gracias a su presencia en ferias agroalimentarias como la de Barcelona o la del Gourmet que, como declara Alejandro «han conseguido abrirnos un montón de posibilidades que no contemplábamos, aprendes del que tienes al lado y consigues que se te conozca».

Por si esto fuera poco, gozan de gran renombre también a nivel internacional en países como Rusia o Líbano ya que, como afirma Esther, «este año estamos metidos de lleno en exportar».

Este negocio familiar que empezó en 1958 se ha ido consolidando y creciendo a lo largo del tiempo y, actualmente, cuenta con unos quince trabajadores que mantienen viva la receta de la abuela. Pastas de té, los famosos Socorritos o los tortos de almendra no entienden de dietas, pero sí de sabor y son los encargados de llevarles al top en calidad gracias a los sellos gourmet que les ha concedido Tierra de Sabor o El Corte Inglés. Además, se mueven en tres líneas diferentes de fabricación: gourmet, desayuno y hostelería.

En vista del progreso, el joven cerverano se ha metido de lleno en el ámbito de la red. La creción de una página web, la posibilidad de compra por internet o los sorteos que lleva a cabo, son también las claves del éxito que les ha ayudado a captar nuevos clientes. Además destaca como algo positivo las opiniones de la gente que «sean buenas o malas nos ayudan a aprender y a mejorar cada día».

A corto plazo y a contrareloj, la empresa tiene en mente un proyecto en homenaje al 60 aniversario. Un regalo que los cerveranos recibirán en la próxima Navidad.