Villarramiel toma cartas en el asunto de las quejas por las mascotas

diariopalentino.es
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Informa a los vecinos de las normas básicas a cumplir para evitar problemas de convivencia ciudadana. Remite a los propietarios a la Ley 5/ 1997 de Protección de Animales de Compañía

Villarramiel ha tomado cartas en el asunto o, por lo menos, lo intenta, en el, a veces, espinoso ámbito de los animales de compañía.

Tras las quejas formuladas por vecinos y por ciudadanos que residen y visitan la localidad, el Consistorio terracampino ha decidido refrescar las pautas y conductas que debe seguir el poseedor de un animal de compañía.

Los responsables municipales justifican la difusión de esta información en las «numerosas» quejas que les han trasladado.

El Ayuntamiento recuerda que en la vía pública el animal debe ir con correa. «No se permite dejarlo suelto ya que puede incurrir en daños a otros animales o personas», apostilla.

Se indica que hay zonas acotadas donde se puede dejar suelto al perro «sin que perjudique al resto de ciudadanos».

Otras cuestiones, a priori, de pura lógica, inciden en que se ha de evitar que los animales pongan en contacto su boca con el grifo al beber de las fuentes públicas y que se deben recoger siempre los excrementos que depositen en la vía pública. Villarramiel también apunta que está prohibido incitar al animal a pelearse con otro perro o atacar a una persona y recuerda que los animales no pueden entrar en  establecimientos como tiendas o bares, entre otros.

Obligaciones. En la información que se ha hecho pública el Ayuntamiento se remite a la Ley 5/1997, de 24 de abril, de Protección de los Animales de Compañía que, como primera medida, atribuye al poseedor la responsabilidad de la protección y cuidados del animal así como del cumplimiento de cualquier otra obligación derivada de la tenencia, determinando la responsabilidad subsidiaria del propietario.

«Es por tanto el poseedor el responsable inmediato de mantener el animal en buenas condiciones higiénicas y sanitarias, procurarle instalaciones adecuadas para su cobijo, proporcionándole alimentación y bebida; dándole la oportunidad de ejercicio físico y atendiéndole de acuerdo con sus necesidades fisiológicas y etológicas en función de su especie y raza».