Los pueblos de la cuenca minera palentina honrarán mañana a Santa Bárbara, su patrona, en uno de los momentos más delicados del sector. Una industria que, pese a las trabas, se resiste a abandonar la provincia, donde tan solo queda en activo media docena de operarios en el pozo de Velilla del Río Carrión. 

Es el último resquicio de la minería en estas tierras. Un histórica explotación en manos de un empresario leonés desde el pasado mes de agosto que rehusa echar el candado a su bocamina, como han hecho tantas y tantas otras en las últimas décadas. Nada que ver con aquellos años boyantes en los que los obreros se contabilizaban por millares en el norte de la provincia.

Si para la minería de interior el panorama no pinta fácil, mucho menos para los desmontes. Los últimos cielos abiertos ubicados en los términos de Guardo y Castrejón de la Peña, continúan paralizados mientras se resuelve el conflicto en el que está envuelta Unión Minera del Norte (Uminsa), en concurso de acreedores. 

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