Arangüena: «Nací odiando la radio. Ahora veo la magia que desprende»

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El periodista palentino participó ayer en las VI Jornadas de la Radio de Saldaña donde compartió con el público diversas anécdotas relacionadas con el mundo de las ondas

Arangüena: «Nací odiando la radio. Ahora veo la magia que desprende» - Foto: DP

A las 20 horas de ayer dio comienzo una de las conferencias más esperadas de las Jornadas de la Radio de Saldaña. En esta sexta edición, el periodista palentino, Ramón Arangüena, ha sido el invitado estrella. Éste agradeció la oportunidad de poder estar en una de las localidades de la ciudad que le vio nacer y de estar cerca del público, sin cámaras y casi sin micrófonos.

Bajo el titulo Los periodistas tenemos un océano de conocimientos con un palmo de profundidad, Arangüena, que ha ejercido de subdirector, guionista, redactor, presentador, colaborador y humorista a lo largo de su trayectoria profesional, rememoró con el público presente en la Casa de Cultura de la localidad, los recuerdos que le viene aportando el medio de las ondas, desde su infancia hasta la actualidad.

Reconoció que de joven nunca vio la «magia» de la radio. «Nací odiándola. En verano dormía con mi hermano mayor y éste escuchaba todas las noches la radio deportiva, en concreto a José María García, y yo me lo tenía que tragar hasta que acababa. Desde entonces no suelo seguir el deporte por muchas alegrías que nos dé», señaló Arangüena, quien además desveló que fue en la época universitaria cuando comenzó a ver que la radio tenía grandes salidas creativas. «Aquí en Saldaña se convoca todos los años un certamen de cuentos sobre la radio, pues en Madrid tuvimos que escribir un guión y hubo uno que me fascinó. Estaba hecho con sonidos. Fue impactante».

Después de trabajar en Lo + Plus, fue en El ombligo de la luna donde este palentino, afincado en Madrid, descubrió la «magia» que desprende la radio con una llamada de unos pescadores desde las costas de Mauritania. Pero donde realmente aprendió los entresijos de este medio fue al mando de la subdirección del programa Te doy mi palabra. «Fue un gran año. Isabel Gemio me dejaba a los mandos en sus vacaciones. Recuerdo el 30 de diciembre de 2006 que íbamos a hacer un programa navideño pero, murió ahorcado Sadam Hussein. Llamamos al único español habitante de Bagdad, un sacerdote».

Las conclusiones a las que este periodista llega es que hay muchas frases sobre esta profesión que son tópicos pero que tienen algo de verdad. Una de ellas, señaló, es que «los periodistas tenemos un océano de conocimientos con un palmo de profundidad, pero creo que en la  radio ese océano es más profundo porque hay que escuchar mucho. No es posible descansar. Estás escuchando al que habla para poder preguntarle».

Concluyó su conferencia asegurando que «a la radio se le ha dado por muerta en muchas ocasiones. Creo que seguirá vivita por mucho tiempo».