El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, hizo ayer un repaso exhaustivo de la actualidad, tanto internacional, capitalizada por el último desafío de Grecia a la UE;como a la nacional, con la vista puesta en las elecciones generales, en una entrevista concedida a una cadena de televisión. No hubo sorpresas, si acaso, habría que destacar una respuesta a una pregunta algo incómoda:¿Hubiese bajado el IRPF si no hubiese habido cuatro o cinco meses antes los comicios legislativos?. «Sí», respondió el líder del PP sin pestañear. Ese fue, sin duda, el momento clave del encuentro. De este modo respondía a los que le acusan de oportunista y populista.
«A los 10 días de llegar al Gobierno, en el primer Consejo de Ministros, no nos quedó más remedio que subir el IRPF. El déficit que nos habían dicho que acumulaba el anterior Ejecutivo era del 6 por ciento, cuando realmente era del 9. Nos propusimos reducir la tasa en 2014, pero no pudimos. Luego nos marcamos hacer una bajada a la mitad en 2015 y el resto en 2016, pero como la recaudación ha ido mejor de lo previsto, hemos adelantado los plazos;y pagarán menos que hace seis años», explicó el número uno del PP, que afirmó que las elecciones generales serán «a final de año». ¿Diciembre?, ¿noviembre? Silencios y negativas.
Para explicar tanto misterio, el inquilino de La Moncloa apeló a los Presupuestos Generales del Estado; su legado de esta legislatura. «España debe dar certeza y seguridad, comenzando por ayuntamientos y regiones. Así habrá inversión extranjera y puestos de trabajo (en 2015 se están creando 600.000, aseguró)», que siguen siendo la gran obsesión del conservador, que presumió de haber mejorado las cifras de colocados y afiliados a la Seguridad Social que cuando llegó al poder.
Sobre las fórmulas para crear empleo, Rajoy dio su receta: «No mirar hacia atrás, al Gobierno socialista anterior». También indicó que debían estar más cualificados los demandantes de trabajo, sobre todo los parados de larga duración. De hecho, citó leyes orientadas en ese sentido, «aunque los frutos se verán en unos años».
En cuanto al fracaso de los comicios del 24 de mayo, recalcó que se había pedido poder, no votos. A su juicio, fue por las duras decisiones tomadas, con un coste social «inevitable y necesario», y por los casos de corrupción. En este punto reconoció que al PP le faltó contundencia, algo de lo que ha aprendido. «Hemos presentado un paquete de leyes para combatirla. Los jueces y la Fiscalía tienen más medios, y existe independencia porque los casos se saben».