Unos pobladores muy avanzados

Marta Redondo Moreno
-

Gracias a las excavaciones de la última década se ha sacado a la luz mucho material que aporta más información sobre la forma de vida de sus habitantes

'Tésera' encontrada en 'Monte Bernorio'. - Foto: 'Imbeac'

Son muy abundantes los restos de cultura material de todo tipo aparecidos en el interior del castro de Monte Bernorio en estos diez años de trabajos arqueológicos, lo que contrasta vivamente con lo reducido del área excavada y demuestra que sus pobladores eran más avanzados de lo que muchos pensaban.

La existencia de áreas con varios niveles arqueológicos que se suceden formando un importante paquete estratigráfico permitirá contextualizar los importantes hallazgos de cultura material. La calidad y cantidad de estos materiales arqueológicos recuperados aporta mucha información que, dadas las buenas condiciones de conservación existentes en una parte del subsuelo del yacimiento, permitirá avanzar mucho más en el conocimiento de las condiciones de vida de sus habitantes.

Con todos estos elementos se ha conseguido realizar un importante aporte al conocimiento de la evolución de la cultura material a lo largo de la Edad del Hierro en esta región.

Por otro lado, el momento final del oppidum brinda la oportunidad de conocer mucho mejor uno de los momentos más oscuros de la Protohistoria final: la Guerra de conquista romana contra Cántabros y Ástures. Esto es importante, ya que la toma y destrucción del Bernorio fue, con toda probabilidad, una de las principales batallas sostenidas en la primera fase del conflicto bélico, en el que las tropas eran mandadas personalmente por el emperador Augusto.

PIEZAS. Se han encontrado restos de cerámica, tanto de la cerámica modelada a mano, como de la torneada. Del mismo modo se han documentado restos de cerámica realizada con arcillas pero modeladas a mano y decoradas. Las cerámicas moldeadas a mano presentan acabados pulidos, sin pulir, bruñidos y lo que en algunos casos parecen engobados.

Sus elementos decorativos principales son a base de incisión, excisión, escobillado o cepillado e impresión de cuerdecillas o cordones y ruedecillas dentadas. Apliques de elementos plásticos como mamelones y otros que parecen botones, remaches o clavos y las pequeñas crestas o cornisas.

Los motivos principales de la decoración son las digitaciones, incisiones de líneas, espigas, zig-zag, pequeños triángulos, realizadas principalmente en el borde de la boca o en el tercio superior del recipiente y en la Segunda Edad del Hierro los estampillados de motivos. También se encontró un fragmento de tamaño mediano de una gruesa parrilla que identificaron como un fragmento de un horno de cocción de cerámica de doble cámara  y también localizaron varias pesas de telar.

La cultura material en metal es también variada y abundante y las publicaciones de Julián San Valero dan fe de la variedad de objetos que se encuentran dispersos por todo el oppidum.

El bronce se conserva en muy buenas condiciones, excepto cuando ha resultado afectado por el fuego. Algunos de los objetos de bronce de adorno encontrados mantienen su integridad y flexibilidad e incluso aseguran los arqueólogos que han estudiado los materiales que tienen noticias de restos que conservaban el tono dorado. Pero el hierro aparece mucho más afectado por la corrosión. Con todo, las condiciones de conservación son, por lo general, buenas.

En bronce se hallaron objetos de adorno como colgantes, destacando la aparición de varios colgantes de pectoral de varilla con el cuerpo decorado en espiral; fíbulas, anillos, chapitas con y sin decoración, brazaletes  y también otros objetos como fragmentos de hebillas de correajes y resortes, agujas de fíbulas y de coser de varios tamaños, además de restos de cuencos y otras piezas de difícil identificación.

Se han recuperado en hierro  restos de hojas de cuchillos y de empuñaduras de puñales de tipo Monte Bernorio y  también hachas. Entre los materiales militares recuperados en el yacimiento de Monte Bernorio destacan los restos de puntas de lanza, jabalina y regatones, además de puntas de flecha de punta piramidal.

 Entre las piezas más exóticas están las cuentas de vidrio azules en forma de arete grueso, de tipo Mediterráneo, y también hay una cuenta oculada de tipo Centroeuropeo. También fueron recuperadas dos monedas, un denario completo de la ceca de Turiaso. Denarios de Turiaso han sido también encontrados en los yacimientos de Monte Cildá  en Olleros de Pisuerga o Las Rabas en la localidad cántabra de Cervatos, próximos a Monte Bernorio.

la ‘tésera de hospitalidad’. Una de las últimas piezas que se han podido recuperar en el castro de Villarén de Valdivia ha sido la denominada Tésera de hospitalidad fechada entre el siglo II y el I a. C. Presentada el pasado mes en el Museo Arqueológico de Palencia, la Tésera, además de por el contexto en el que aparece, también es importante por su contenido.

Un hallazgo de gran trascendencia  pues se trata de la primera vez, hasta el momento, que se identifica en la Península Ibérica un documento sobre un pacto de ese tipo y que ha sido cancelado. También ha permitido conocer el alfabeto utilizado.

La cantidad, variedad y características de la cultura material (adornos, herramientas, armas, objetos importados, etc.) recuperada en tan solo una pequeña área de Monte Bernorio indica claramente la riqueza material de los habitantes del oppidum norteño. Esto contrasta con el panorama habitual de otros núcleos del Cantábrico abandonados y arrasados y en los que las condiciones ambientales y del subsuelo destruyen la mayor parte de este tipo de restos.