La accidentalidad cae un 13% en el primer año de los radares

O. H.
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En las carreteras CL-613 y CL-615 se han registrado 178 siniestros frente a los 205 de 12 meses antes, con 16 heridos en vez de los 20 lesionados y 4 muertos del ejercicio previo a la vigilancia exhaustiva

El principal objetivo que se marcaron la Consejería de Fomento y de Medio Ambiente, y la Dirección General de Tráfico cuando impulsaron en 2016 el proyecto de calmado del tráfico de las CL-613 y CL-615 (Palencia-Sahagún y Palencia-Guardo, respectivamente), se ha cumplido: reducir el número de accidentes, de lesionados y de fallecidos en las dos carreteras convencionales competencia de la Junta con más tráfico.

El pasado martes se cumplió el primer año desde la puesta en marcha de una de las medidas más polémicas que se ha implementado en ambas vías, la de la instalación de los radares de tramo, y ayer, tras recabar todos los datos la Jefatura Provincial de Tráfico de Palencia los hizo públicos, destacando que en estos primeros 12 meses de funcionamiento de estos cinemómetros, no se ha producido ningún accidente mortal en ninguna de las dos carreteras, frente a los cuatro finados que se acumularon en el período octubre 2016-octubre 2017.

Pero el efecto disuasorio de los radares de tramo y de medidas como las líneas verdes, la instalación de sistemas para ahuyentar a la fauna va más allá de la última frontera de la vida, porque también se ha reducido en un 13 por ciento el número total accidentes y un 20 el de los heridos, contabilizando tanto los graves como los leves.

Así, los datos indican que si en el primer año con los radares en funcionamiento se han registrado 178 accidentes, con un balance de 16 heridos, en el mismo período pero 12 meses antes, la cifra se elevaba hasta los 205 siniestros con 20 heridos y los referidos cuatro muertos (tres en la CL-615 y uno en la 613).

Para el jefe provincial de Tráfico, Fernando Alonso, «un año sin fallecidos en la CL- 613 y 615 es un resultado ilusionante. Debemos agradecérselo a los miles de conductores que han circulado por esas carreteras respetando las normas de tráfico, a los guardias civiles que no han dejado de protegernos la vida en esas mismas carreteras y, por supuesto, a los propios  radares de tramo que tantas críticas miopes suscitaron cuando fueron instalados».

Lo que queda claro para Alonso  es que para garantizar la seguridad, «la disciplina al volante es fundamental para prevenir los accidentes de tráfico» y «cuantos más guardias civiles y más radares tengamos en las carreteras mas vidas podremos salvar».

La implantación de radares de tramo ha tenido como consecuencia también la detección de infracciones a los límites de velocidad, pese a que la mayoría de los conductores cumplen con las máximas de 90 km/h en la CL-613 y de 100 en la CL-615. 

En este primer año, la medida ha sido de cuatro multas por jornada uniendo los tramos de las dos carreteras hasta sumar un total de 1.388 sanciones. Desde Tráfico explican que «estos dispositivos han captado un número sensiblemente mayor de infracciones pero el Centro Estrada de León que recibe las denuncias de estos radares debe archivar todas aquellas fotografías de los radares en las que no se identifique, con total claridad, al vehículo infractor». ¿Son muchas, son pocas? ¿Se cumple la creencia popular de que estos dispositivos iban a sangrar a los conductores?

Lo cierto es que si se toma como ejemplo el último año completo en el que funcionó el radar fijo que estaba en el kilómetro 3,8 de la CL-615, entre los cinco tramos controlados en ambas carreteras no se llega a la marca de aquel cinemómetro que solo cazó a 1.666 conductores con exceso de velocidad en el año 2016.

Excesos. En cuanto a la distribución de las multas, se llevan la mayor parte de ellas los usuarios de la CL-613, pese a que los kilómetros controlados son menos y a que tienen una intensidad media diaria de vehículos inferior a la Palencia-Guardo (3.000 para la primera y 4.000 vehículos diarios para la segunda). Y la diferencia es llamativa, puesto que de las 1.388 denuncias, 1.189 infracciones se produjeron en los tramos controlados de la CL-613, frente a las 199 de la CL-615.

Esto puede deberse a que la velocidad máxima de la CL-613 es de 90 km/h por no tener un arcén de más de 1,5 metros, a pesar de ser una carretera con grandes rectas.

Y aunque la mayoría de las denuncias se producen por velocidades ligeramente superiores a la máxima permitida, la Jefatura Provincial de Tráfico, señaló ayer las dos infracciones más flagrantes a los límites de velocidad en cada una de las dos carreteras. Y estas distan mucho de un despiste con el acelerador hasta el punto que, en un caso, roza el delito.

En concreto, en el de la denuncia a un conductor que con su Audi fue detectado a una velocidad media de 163,4 kilómetros por hora entre Paredes de Nava y Becerril, donde el límite es de 90 km/h. Velocidad media sostenida durante un tramo de algo más de 3 kilómetros. De haber llegado a los 170 km/h el conductor, al que se le detrajeron 6 puntos, con una multa de 600 euros, hubiera cometido un delito, penado con hasta seis meses de prisión.

En el caso de la CL-615, la máxima velocidad detectada fue la de un Mercedes E, que circuló de media a 161 kilómetros por hora entre Renedo de la Vega y Carrión de los Condes (12 kilómetros). Fue sancionado con una multa de 500 euros y seis puntos.

No obstante, los radares no comienzan a denunciar los excesos desde el primer kilómetro/hora detectado por encima del máximo permitido, sino que únicamente denuncian a quienes superan unos determinados márgenes de tolerancia. Si, tras aplicar un margen de tolerancia,  la velocidad media de circulación  es superior a la permitida, el sistema informático enviará al Centro Estrada de León dos fotogramas y un informe para que decida la posible iniciación del procedimiento sancionador. Además, el Centro Estrada comprueba de forma automática la vigencia de la ITV de los vehículos que hayan infringido los límites de velocidad.

Tramos. Los radares de tramo, merced a un convenio entre la Junta y la DGT, están ubicados en dos carreteras autonómicas: la CL-613 Palencia- Sahagún y en la CL-615 entre Palencia-Guardo. 

Los tramos controlados de la CL-613 son del pk 11,9 en las cercanías de Becerril de Campos y al pk 32,7 junto a Cisneros en ambos sentidos. También se controlará desde Becerril a Paredes en el pk 15, en ambos sentidos.

En la CL-615, desde el pk 1,6, junto a la Venta Zapatones hasta el pk 34,6 al sur de Carrión en sentido Guardo. También del pk 24,8 (gasolinera de Villoldo), hasta la Venta Zapatones (pk 1,6) en sentido Palencia y desde Carrión (pk 38,4), hasta el pk 49,9, en Renedo, en ambos sentidos.