El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, firmaron ayer su acuerdo para aprobar los Presupuestos Generales del Estado de 2019 después de varias semanas de idas y venidas y unas negociaciones que se intensificaron a principios de esta semana. Como resultado, unos mimbres presupuestarios que contemplan 5.000 millones más de gasto y 7.000 más de ingresos.

Gravar a las grandes rentas, hacer que la banca pague más para aumentar el gasto en dependencia, educación o sanidad pública han sido las claves de estas negociaciones. El pistoletazo de salida lo dieron Sánchez e Iglesias el 22 de agosto cuando acordaron unirse para cambiar la Ley de Estabilidad con el fin de levantar el veto que el Senado pone a la senda de déficit público al evitar que pueda volver al Congreso.

Ambos dirigentes avanzaron ya un principio de acuerdo para eliminar el copago farmacéutico, actualizar las pensiones al IPC y bajar el IVA de los productos de primera necesidad. Temas fundamentales para Podemos y para el PSOE tras la presión de los pensionistas.

La fiscalidad ha pilotado este pacto y el equipo de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, junto con el secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique, han trabajado codo con codo para subir impuestos a las clases altas, gravar a las grandes empresas, a la banca, así como para luchar contra el fraude.