Tras la disputa de la final de la Copa Príncipe de Asturias, Sergio Alonso comunicaba a la directiva del Quesos Cerrato Palencia su intención de abandonar el equipo de Adecco-Oro por motivos laborales, al haber encontrado un trabajo de un año de duración, en horario nocturno y en la provincia, lo que le hacía imposible compaginarlo con el baloncesto.

Sin embargo, el gusanillo puede mucho y tras trece años dedicándose plenamente a este deporte no quiere dejarlo de golpe. Lo seguirá practicando, pero a otro nivel, totalmente amateur. Jugará hasta final de temporada en el Agua de Mar CBPalencia de la Primera División masculina. Ya ha estado entrenando y cuando se le tramite la ficha podrá debutar. «Por un lado, mato el gusanillo del baloncesto y por otro, les echo una mano a los chavales. No podré estar siempre entrenando y jugando, pero en la medida que pueda estaré lo más posible», manifestaba ayer a este periódico Sergio Alonso, confirmando la noticia.

Sergio Alonso fue, y sigue siendo, uno de los ídolos de la afición morada del Quesos Cerrato Palencia (el CBPalencia también viste de este color). Ese especial cariño se inició en su anterior andadura, siendo uno de los héroes de aquel ascenso a Leb Oro. Su carácter abierto, su garra, su implicación y personalidad le convirtieron en uno de los jugadores preferidos de la grada. Tras dejar Quesos Cerrato, se rumoreó en varias ocasiones su regreso. El pasado año, con motivo de la visita del Coruña al Pabellón, recibió la mayor ovación que un jugador rival haya escuchado en el Pabellón.