Tan solo dos años le han hecho falta a Guardo para consolidarse como uno de los mayores referentes de la cocina en olla ferroviaria del norte de España. Una distinción que la localidad minera ha conseguido en tiempo récord gracias a la apuesta del Consistorio montañés por el Concurso Regional de Ollas Ferroviarias, que este domingo celebraba su segunda edición en la nueva plaza del Ayuntamiento. Una gran fiesta que va a más, tal y como demuestran las cifras. Medio millar de cocineros llegados desde Palencia, León, Cantabria, Vizcaya y Álava compitieron por hacerse con uno de los diez premios que otorgaba la Concejalía de Festejos, dotados con más de 2.000 euros en su conjunto. Pero no lo tuvieron fácil, en absoluto. Y es que, concurrieron al certamen culinario 98 pucheros con los que los aspirantes hicieron un guiño al pasado ferroviario de la villa. Un pueblo en el que el Tren de La Robla ayudó como pocos al desarrollo de la comarca a nivel industrial, económico y social.

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