Euclides Tsakalotos, hasta ahora viceministro de Exteriores griego y  jefe del equipo negociador del país con los acreedores internacionales, será el nuevo ministro de Finanzas heleno, en sustitución del dimisionario Yanis Varoufakis.

Con su predecesor comparte el hecho de que nunca lleva corbata. Pero ése parece ser uno de los pocos aspectos que unen a sendos políticos.

El designado responsable de la economía griega es considerado una persona reservada, que habla poco e, incluso, a veces tiene un aspecto algo ausente. «Es discreto y silencioso», le describen sus compañeros de partido, que también destacan de él que es miembro del sector más moderado del izquierdista Syriza. De hecho, los analistas aseveran que Tsakalotos «prefiere trabajar a provocar», en clara alusión al controvertido político que hasta ahora ha ocupado su puesto. Un aspecto que podría aumentar las posibilidades del éxito del diálogo.

Nacido en 1960 en el seno de una familia acomodada en Rotterdam (Holanda), en 1965 se trasladó a Inglaterra con sus padres y hermanos. Allí estudió en las universidades de Eaton y Oxford y desde entonces habla un fino inglés. 

Cuando volvió a Grecia, en 1993, tenía incluso problemas con su lengua materna, según apuntan sus conocidos. En 2010, se convirtió en profesor de Economía en la Universidad de Atenas. 

Tsakalotos, miembro de Syriza y casado con una escocesa, con quien tiene tres hijos, nunca ha tenido problemas económicos, pero ello no significa que sea un capitalista. El nuevo ministro de Finanzas siempre recordó que heredó su fortuna y que, por ello, no tiene la culpa de su riqueza. 

Se espera que con su nombramiento se aplaquen los ánimos en el Eurogrupo, después de que su predecesor desquiciara a sus colegas con sus respuestas y sus más que constantes salidas de tono.  

El Eurogrupo aguarda ahora que Tsakalotos sea un político que represente los intereses de su país con precisión y de forma concreta para cerrar un pacto definitivo.