Hermano mayor

E. Marín
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Usuarios de la 'Fundación San Cebrián' y alumnos del Colegio Santo Domingo de Guzmán participan en una experiencia intergeneracional • Reducir la soledad y crear valores, entre los objetivos del programa

Demostrar que la convivencia y participación con otros colectivos siempre es posible. Esa fue la base sobre la que nació el proyecto intergeneracional Quiero Conocerte, con el que se decidió interrelacionar a personas con discapacidad y escolares de Primaria.

La iniciativa surgió el año pasado desde el Programa de Formación y de Envejecimiento Activo de la Fundación San Cebrián, cuyos usuarios son personas que han desarrollado su vida laboral en talleres ocupacionales de Jardinería o Albañilería y después pasan a un programa de júbilo y surgen otras necesidades.

«Por su edad o situación familiar, muchos de ellos tienen vacíos de comunicación. Algunos carecen de familiares que les hagan visitas, llamadas o que les escriban cartas», explica Rocío Sánchez, profesora de la Fundación San Cebrián y una de las promotoras del proyecto.

Esta docente contactó con alumnos del Colegio Santo Domingo de Guzmán, concretamente con los escolares de 2º de Primaria, que entre otras cuestiones comenzaban a trabajar las redacciones y las cartas.

«La idea era entablar una relación entre dos instituciones con diferentes colectivos y que ambas se enriquecieran con la experiencia», explica Rocío Sánchez.

A cada usuario de la Fundación San Cebrián se le asignó un alumno de este nivel  y nació una especie de relación epistolar en la que las partes comenzaron a conocerse, a contar sus gustos y preferencias, sus experiencias y los momentos dignos de ser conocidos por su amigo.

«La idea era que las personas con discapacidad con edad avanzada contactaran con alumnos de edad muy diferente, al objeto de que les aportaran alegría y nuevas experiencias y, además, tener así una motivación para escribir, entablar contacto y evitar la soledad que se puede sentir cuando cambias de etapa de vida y cuando vives en una institución y una vivienda compartida con compañeros», argumenta la docente promotora de la iniciativa.

Por otro lado, la intención es que «los alumnos conocieran otra realidad que para ellos probablemente no es cotidiana, así como respeto hacia las personas de avanzada edad y con discapacidad. Hoy en día muchos niños son cuidados por sus abuelos, pero otros no tienen contacto con personas de esa generación», añade Sánchez.

«Los pequeños solo conocían el nombre de las personas con las que se carteaban y además sabían que eran amigos especiales, pero quisimos acercar a ellos la realidad de la discapacidad y que conocieran los diferentes tipos que hay, por lo que organizamos una charla con los escolares», explica.

Después llegó uno de los momentos más bonitos de la experiencia. Pequeños y mayores organizaron un encuentro para hacerse visibles. Así, los 50 usuarios de la Fundación San Cebrián -procedentes de los centros de Villamuriel, Frómista y San Cebrián- se reunieron con el medio centenar de alumnos de las Dominicas con el que durante meses habían estado en contacto.

«Ese día fue el culmen de una experiencia muy bonita y enriquecedora para todas las partes», apunta la responsable de la iniciativa.

resultado. Tras el verano, las profesoras del centro escolar contactaron de nuevo con la Fundación San Cebrián para seguir con el proyecto, dado que el resultado había sido satisfactorio.

Así, hace unos meses que se ha retomado de nuevo el carteo entre los hermanos.

Los alumnos, que ahora están en tercero de Primaria, siguen enviando misivas a los usuarios del centro que, cada quince días, les responden. La intención es que este año se pueda realizar una visita el centro de San Cebrián, para que los niños conozcan las instalaciones y el trabajo que se realiza en ellas.

Los responsables del proyecto creen que los objetivos con los que nació esta propuesta se están cumpliendo «con creces». Entre ellos, el de completar la carencia familiar que presentan algunos usuarios de la Fundación San Cebrián por su avanzada edad, el crear un vínculo intergeneracional, así como generar relaciones con otros colectivos.

También se ha trabajado el conocimiento de diferentes costumbres de ambas generaciones, reducir la soledad que sienten algunas personas cuando llegan a la edad adulta y crear valores en los niños que les ayuden a crecer en una sociedad de respeto hacia los problemas de los demás.