En un invierno atípico como el que estamos viviendo, en el que la nieve apenas se deja ver en las cumbres, la lluvia ha hecho de las suyas en varios puntos de la provincia poco o nada acostumbrados a las inundaciones y el frío todavía no se ha dejado sentir en exceso salvo días contados, los Ayuntamientos del tercio norte de la provincia no bajan la guardia ante las copiosas nevadas que puedan llegar en las próximas semanas.

Guardo demostró el pasado año que sabe enfrentarse a situaciones inesperadas en una de las nevadas más importantes que se recuerdan en la villa. Un trabajo de coordinación de los distintos efectivos de personal y maquinaria en el que nada se deja al azar  y que este 2016 espera pacientemente a que los rigores del invierno palentino lleguen a la comarca.

Para ello el Ayuntamiento dispone de un extenso parque móvil compuesto por dos camiones, un dumper, una cuña, un salero y una fresadora que en casos excepcionales -como el vivido en 2015- se puede reforzar contratando los servicios de alguna empresa local. 

La previsión es que sume en las próximas semanas una segunda cuña oscilante apta para acoplarse a un camión o a un tractor, que el Consistorio ha solicitado a la Diputación de Palencia.

Asimismo Guardo tiene almacenados en dos naves 30.000 kilos de fundente de dos tipos: uno específico para las aceras que distribuyen los peones municipales de forma manual y otro apto para la calzada. No obstante, el Consistorio evita un uso excesivo para no afectar al firme de la carretera y a las baldosas de las aceras.

Y una cuadrilla está alerta las veinticuatro horas del día. Su quincena de operarios se enfrentan a duras jornadas de trabajo en cuanto los primeros rayos de sol se vislumbran en el horizonte, dispuestos a liberar cuanto antes el manto blanco acumulado en las diferentes arterias de la localidad minera.

«Dividimos el pueblo en dos: la margen derecha e izquierda del río Carrión. Los esfuerzos se centran en un primer momento en los entornos de los edificios más utilizados por los vecinos y que son punto de encuentro del sector de la población más vulnerable: ancianos y niños. De este modo, los lugares donde se actúa con más premura son los colegios, el Instituto, el Centro de Salud y el Hogar del Pensionista; posteriormente se limpian las calles principales y después las menos transitadas por los viandantes», explica el alcalde, Juan Jesús Blanco.

Él es precisamente el encargado de coordinar todo el operativo para que la nieve no impida a los guardenses continuar con sus quehaceres diarios con total normalidad.

Un dispositivo que arranca bien temprano, sobre las seis de la mañana en algunos casos, y cuya principal ocupación en las primeras horas del día es hacer transitable el casco urbano de la villa para los peatones, que tienen prioridad absoluta.

 

UN AÑO DESPUÉS. Si el año pasado se movieron 90.000 metros cúbicos de nieve y 30.000 se transportaron a lugares tales como el aparcamiento para camiones de la calle San Isidro, con un coste aproximado de 100.000 euros al que hicieron frente la Institución Provincial y el Estado con cargo a sendas subvenciones para paliar las consecuencias de la meteorología adversa, «en lo que va de invierno no hemos gastado ni un céntimo y tampoco hemos esparcido ni un kilo de sal», apunta el regidor guardense.

Con una situación, al menos por el momento, mucho más calmada, el primer edil norteño subraya que el año pasado «sirvió para desarrollar proyectos que teníamos en mente y que nunca antes habíamos puesto en marcha. Así conseguimos ser el municipio de Castilla y León que mejor y más rápido gestionó el tema de la nieve, cuestión a la que pudimos hacer frente porque tenemos reservado siempre un colchón económico en el Ayuntamiento para imprevistos».