Escudero bendice la Custodia más grande de la Ruta Jacobea

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De alpaca plateada con baño de oro, ha sido donada y costeada íntegramente por varios devotos del Santísimo y colaboradores españoles y mexicanos de la 'Fraternidad Franciscana' de las Clarisas carrionesas

Decenas de personas asistieron a la celebración eucarística en la iglesia de las Clarisas de Carrión. - Foto: FOTO ELI

El Real Monasterio de Santa Clara de Carrión de los Condes vivió ayer una de sus celebraciones más importantes. En este día las hermanas franciscanas festejan a Nuestra Seráfica Madre Santa Clara de Asís y finaliza el Año de Gracia del Centenario de la Orden de Santa Clara. Durante la celebración eucarística,  en la Mesa del Altar se colocaron las reliquias del Hermano San Rafael Arnáiz y las de los Mártires Pasionistas de Daimiel. El obispo de la Diócesis, Esteban Escudero, presidió una Eucaristía, concelebrada por más de una veintena de sacerdotes, a cuyo término bendijo la Custodia Sacramental más grande del Camino de Santiago. Donada y costeada íntegramente por varios devotos del Santísimo y colaboradores españoles y mexicanos  de la Fraternidad Franciscana de las Clarisas carrionesas, que han querido realizar este regalo de modo anónimo, ha sido realizada en México por los orfebres Javier López Grez y Guadalupe Guzmán Leyva, de Tlalnepnatla, estado de México.

La Custodia, con la que se pretende fomentar el culto a la Eucaristía y que quede como testimonio del Centenario de la Orden, mide 2 metros y 25 centímetros. La Sagrada Forma es visible desde cualquier punto del templo ya que el viril en el que se ubica tiene una anchura de 18 centímetros. Dicho sol está enmarcardo en la parte delantera, donde hay seis querubines, cinco en la trasera.  En el astil puede verse un gran ángel. La peana está decorada con símbolos sacramentales de uvas y peces y cuatro medallones con los evangelistas. La base se asienta sobre seis querubines. Ejecutada en alpaca plateada y baño de oro, pesa más 28 kilogramos, por lo cual se ha colocado sobre una plataforma hidraúlica especial, con sistema de elevación automático, para facilitar al sacerdote colocar la Sagrada Forma y posteriormente elevar la custodia.

Como es tradición, al final de la Eucaristía se veneraron las reliquias de Nuestra Seráfica Madre Santa Clara de Asís y posteriormente la Comunidad de Madres Clarisas departió en el Locutorio Bajo del Monasterio con todos los asistentes que así lo desearon.