18 jugadores del Cristo Atlético (solo faltaba Canario) y el segundo técnico comparecían ayer en la sala de prensa de La Balastera para expresar, en palabras de del capitán Pahito, el «sentir de la plantilla» tras la decisión de no entrenar esta semana.
Ante su concurrido auditorio, Pahito leía un escrito en el que puntualizaba que «la situación no está provocada por los jugadores y sí por la actitud de parte de la directiva. No es una situación puntual, sino que se lleva arrastrando un tiempo» y últimamente «se ha hecho insostenible». Por eso «la plantilla no está dispuesta a continuar de esta manera. Harta del trato recibido y de las promesas incumplidas, decide actuar para dar a conocer la verdad que ha vivido esta temporada». Su directiva adquirió unos compromisos (sueldos fijos, primas y dietas por desplazamientos), con cada jugador. A día de hoy han recibido «una pequeña cantidad de dinero, muy alejada de la realidad comprometida con la gerencia del club». Primero, los jugadores recibieron «alguna pequeña cantidad de dinero y unos cheques que muchos de los beneficiarios no pudieron hacer efectivos». Luego cobraron en función de lo que cada uno vendió de la Lotería de Navidad. Y a 31 de diciembre la plantilla había cobrado, en total, unos 14.000 euros, con otros 21.500 aún pendientes.
Estas cantidades difieren mucho de los 5.300 euros (y 950 más de gastos de desplazamientos de dos jugadores) que reconocía ayer el club en un comunicado (donde considera desmedida la solución adoptada por la plantilla y dice que ha abierto expediente disciplinario a los que no acudieron a entrenar). El club añade que «se reconocen unas primas que el club puede hacer efectivas a final de temporada, como se hace en la mayoría de clubes y queda reflejado en el régimen interno del club».
El capitán desconoce ese régimen interno. Considera que es un documento que deberían haber firmado los capitanes y conocer todos los integrantes de la plantilla. También hablaba Pahito del trato recibido de la gerencia del club, expresando un sentimiento de «engaño y decepción»; y que un proyecto inicialmente ilusionante se había convertido en «una espiral de amenazas, promesas incumplidas y descalificaciones».
Durante el día no hablaron con la directiva, pero la plantilla no se niega a jugar en Burgos el domingo, porque sería perjudicial para el club. Solo piden, para empezar, un cambio de actitud. Habrá que esperar acontecimientos.