Spa equino

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Una yeguada 'fabrica' en Ribas de Campos caballos de alta competición y ofrece servicios de recuperación

Spa equino - Foto: Oscar Navarro

El cielo como techo y el viento como pared. Ribas de Campos ofrece a los caballos lo más parecido al paraíso. En medio prácticamente de la nada, solo el paso cada cierto tiempo de vehículos por una estrecha carretera que une Ribas con San Cebrián recuerda que de vallas hacia afuera hay mundo y que de vallas hacia adentro, los caballos viven en otro mundo, el que Virginia Perrote trata de conservar, intacto. «Durante años monté en un club hípico. Con el paso del tiempo me dí cuenta de que el caballo se ponía nervioso. No disfrutaba. Ocurría algo. Decidí buscar una alternativa, la doma natural», explica de camino a uno de los paddock instalados en una extensa finca de Ribas de Campos.

Virginia concibió su paraíso equino en Tierra de Campos desde la perspectiva que le daba su propia experiencia. «No quería ver los caballos encerrados. ¿Te imaginas metido entre cuatro paredes? Así es como veía a los caballos».

De ahí que el punto de partida de su yeguada fuera proporcionar a los equinos el mayor bienestar posible. «Las instalaciones mantienen un hábitat para el caballo lo más natural», asevera según camina hacia una de las pistas en la que trotan dos ejemplares de la yeguada.

Aunque el proyecto se centra en la cría de caballos de salto de alta competición, la preparación de los potros hacia los concursos con el método imprinting (la persona se introduce al animal lactante como un individuo más de su especie, realizando un manejo natural del potrillo en el momento del nacimiento y durante los días posteriores, modificando su personalidad), su próximo gran reto es la puesta en marcha de lo que ha denominado Clínica Veterinaria de Recuperación Psicológica.

«Los caballos de competición sufren estrés, padecen lesiones. Todo eso hay que abordarlo adecuadamente porque estamos hablando de ejemplares que valen miles de euros», apostilla. La Yeguada Jardín de Castilla, posee prados y un lago natural  en  el que los caballos pueden bañarse «un manera magnífica de recuperación de lesiones», puntualiza. Es algo así como un spa donde se aplica una terapia imprescindible «para su mente, músculos y tendones», añade.

En su cabeza no dejan de bullir ideas. Lo siguiente, un espacio a cubierto para recuperaciones en período invernal. En el proyecto de Virgina la etología -rama de la biología y la psicología experimental que estudia el comportamiento de los animales en el medio en el que se encuentran- y la biomecánica son claves. Apuestan por un entrenamiento con pautas basadas en parámetros biomecánicos y morfológicos.

Puede sonar a peculiar, pero lo que se busca es un equilibrio físico y mental...del caballo.