San Juan de Dios conmemoró ayer el XXV Aniversario de la apertura del Centro de Atención a Drogodependientes Dr. Pampuri, acto en el que se dieron cita autoridades, entre ellas el consejero de Presidencia de la Junta de Castilla y León, José Antonio de Santiago-Juárez, y al que se puso el broche con la plantación de un granado ante la placa que da cuenta de la efeméride.

De Santiago-Juárez explicó que hace más de tres décadas y durante año y medio trabajó para la Orden   en una experiencia piloto que puso en marcha en Palencia.  Después, ya en calidad de comisionado para la Droga de la Junta de Castilla y León, señala que, ante la  necesidad de atender a los toxicómanos, desde el Gobierno de la Comunidad se entendió que había que impulsar una red de atención  a los drogodependientes y, dentro de esa, profesionalizar los distintos recursos y uno de los más importantes a profesionalizar era el de las comunidades terapéuticas. «Los Hermanos de San Juan de Dios entendieron y atendieron la demanda de la Junta y así surgió  el Pampuri». El impulso, afirmó, vino de la sociedad, «era una necesidad que existiera una red para atender a las personas con problemas de drogas, que no existía en España; era cuando en Madrid había 15.000 heroinómanos en la calle». Ahora se habla de una nueva epidemia de heroína en Estados Unidos, que afecta fundamentalmente a los blancos, y «lo que pensaba es que vivir es ver volver». «Lo bueno  que ha tenido el centro Pampuri  -subrayó- es que ha sabido adaptarse a las necesidades de los drogedependientes; estos son pacientes muy cambiantes; el perfil cambia, la sustancia cambia y hay que adaptarse a ellos».

El director gerente del Centro Asistencial  San Juan Dios, el Hermano Mariano Bernabé, señaló que, aunque ahora no exista tanta alarma social como en los años 90, están convencidos  de que estas personas vulnerables, como diría el Papa Francisco personas en la periferia existencial y también al borde del camino, «siguen necesitando este tipo de dispositivos asistenciales y la atención realizada por profesionales que les apoyan en el aprendizaje a una nueva forma de vida». Recordó que en 2014 se suprimió  la Unidad de Desintoxicación Hospitalaria y también que en estos últimos años «se ha producido una disminución progresiva de la financiación», de ahí que le rogara «si es posible que interceda por estas personas y el mantenimiento de estos servicios, que usted impulsó en su momento».  Los Hermanos de San Juan de Dios con la puesta en marcha de este centro hace 25 años, como ahora, «queremos ser innovadores en dar respuesta a necesidades emergentes sociosanitarias, pero para ello debemos contar con la colaboración y apoyo de las entidades públicas que son, en último término, las responsables de este ámbito de actuación. Queremos ofrecer un servicio público con gestión privada, sin ánimo de lucro, y con garantías de certificaciones de calidad en los aspectos asistenciales,  medioambientales y de seguridad y salud en el trabajo». Este es su gran desafío, afirmó el hermano Mariano Bernabé, «dar una asistencia humanizada de calidad, propia de nuestro modelo, haciendo escuela. Este sigue siendo el reto de los Hermanos de San Juan de Dios, para lo cual ofrecemos nuestro compromiso de colaboración con todos». De Santiago-Juárez manifestó el apoyo d de la Junta, al tiempo que esperó contar con la comprensión de los Hermanos de San Juan de Dios.

Al acto asistieron también el teniente fiscal del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León,  Ricardo González Cerrón; el subdelegado del Gobierno, Luis Miguel Cárcel; el delegado de la Junta de Castilla y León, Luis Domingo González; la presidenta de la Diputación, Ángeles Armisén; y el alcalde de Palencia, Alfonso Polanco.

Desde la Comunidad Terapéutica San Ricardo Pampuri, Antonio Terán y Pedro Ruiz  recuerdan en este 25 aniversario que un equipo, capitaneado por los Hermanos de San Juan de Dios, aceptó un reto de la sociedad, y es que era un clamor porque había muchos jóvenes drogodependientes  que estaban en las calles y tenían una asistencia muy deficiente. Durante este tiempo se ha atendido a unos 3.000 pacientes, en unas 6.000 intervenciones.  Se ofrecen  programas de desintoxicación, de rehabilitación y tratan todas las patologías asociadas, tanto orgánicas  como psiquiátricas.

El perfil ha cambiado.  Entonces eran más jóvenes, eran hombres y mujeres que estaban en una proporción de 7 a 1 en los que primaba el consumo de heroína, y también acompañaba a la adicción la  patología orgánica, sobre todo las hepatitis B, la C -que no se conocía así-, y el Sida. Ahora es una población bastante más envejecida, con una media de edad de 43-44 años,  gente policonsumidora, y ha habido un aumento importante de patología somática, pacientes más cronificados. También se ha incrementado  la  dual - drogodependencia y problemas psiqiátricos-.