El empresario palentino Luis Antonio Casañé falleció ayer a los 75 años de edad. Su nombre siempre ha estado unido al sector textil de la capital palentina y, en concreto, al de mantas. Con su muerte se pone punto y final a la cuarta generación de un negocio que comenzó en 1907 pero que tendrá continuidad a través de sus hijos.

Luis Antonio Casañé Moro era el guardián de la tradición mantera palentina. Entró a trabajar en la fábrica de la familia a los 17 años y se encargó de administración, fabricación y ventas. Impulsó la modernización de toda la planta y convirtió la marca en un producto exportable a todo el mundo.

La calle Casañé homenajea a su familia, que impulsó una de las fábricas de mantas más importantes de la región. Luis Antonio recordaba para Diario Palentino hace algunos años el comienzo de la historia Casañé. «Mi abuelo fue el primer Casañé que se dedicó a esto, ya que se casó con una mantera allá por el 1850». En 1907, Demetrio Casañé inició la edificación de aquella primera planta que fue el germen de un negocio centenario.

Luis Antonio Casañé entró a formar parte de la historia de las mantas en Palencia en 1957, con tan sólo 17 años. Tras aprender administración y el proceso de fabricación, fue el encargado de vender las mantas de Palencia por toda España, País Vasco, Galicia y Asturias, principalmente.

En 1968, tras tomar las riendas de la empresa, trasladó la factoría al Prado de la Lana, impulsando y renovando el negocio. En 1977 se independizó del negocio familiar y desarrolló su actividad convirtiéndose en la única de Palencia que sobrevive.

El funeral de Luis Antonio Casañé será hoy,a las 12,45 horas, en la iglesia de SanJosé. Descanse en paz.