Juzgado por falsificar la firma de su hermana y su expareja

Alberto Abascal
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Las mujeres, que eran las administradoras de la empresa, piden para O.R.C.G. tres años y nueve meses de cárcel, mientras que la Fiscalía solicita el sobreseimiento dada la relación de parentesco

El Juzgado de lo Penal dejó hoy visto para sentencia el juicio seguido contra Ó.R.C.G. para quien la acusación particular ejercida por la exmujer y hermana, respectivamente, pide una pena de tres años y nueve meses de cárcel como presunto autor de un delito continuado de falsedad en documento mercantil, así como 6.750 euros de multa, después de que el acusado, gestor de una sociedad mercantil en la que  precisamente su hermana y su expareja eran administradoras, suplantara supuestamente la firma de ambas mujeres en pagarés con entidades bancarias y en una autorización para poder disponer sin limitación del saldo en una cuenta corriente de la sociedad. En este caso, la Fiscalía volvió a reiterar su petición de sobreseimiento del caso al entender que concurre la excusa absolutoria prevista en el Código Penal dada la relación de parentesco existente entre las titulares y administradoras solidarias de la sociedad mercantil y el investigado en la fecha de los hechos objeto de la denuncia.

Ó.R.C.G., cuyos intereses legales son ejercidos por el abogado palentino Javier Mata, sostuvo ante el tribunal que cualquier iniciativa en cuanto a la gestión tuvo siempre el beneplácito de las administradoras.

LOS HECHOS. Los hechos se remontan a 2012, cuando la hermana y la expareja del acusado, E. M. C. G. y E. M. V. R., respectivamente, cuya defensa legal corre a cargo del también abogado palentino Ignacio Brágimo, constituyeron una sociedad mercantil con la finalidad de firmar con una conocida empresa de moda un contrato de franquicia. Las dos mujeres delegaron en  Ó.R.C.G., en calidad de gestor, tanto la constitución de tal sociedad mercantil como la posterior administración de los asuntos fiscales, laborales y contables, incluida la tesorería diaria de la misma. 

Según la denuncia inicial, el procesado «aprovechando, tal relación de confianza, falsificó presuntamente la firma de su hermana en un pagaré de una entidad bancaria a su nombre por importe de 48.915 euros, y en otro pagaré por importe de 54.995 euros». 

«De igual forma, y en el momento de proceder a suscribir un contrato de apertura de cuenta personal con una entidad bancaria a nombre de la empresa mercantil que ambas mujeres habían constituido, presuntamente falsificó la firma de su hermana», se apuntala denuncia.

Supuestamente, ocurrió lo mismo con el propósito de conseguir a su favor una autorización tan amplia como en derecho sea menester para que con su sola firma pueda disponer sin limitación alguna, en una o varias veces, del saldo que en cada momento presentara la cuenta corriente, según aparece en el auto de transformación en procedimiento abreviado dictado por el antiguo juzgado de instrucción número 4.