«No existió censura en la prensa con el reinado de Juan Carlos I»

Carlos Cuesta (SPC)
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«No defiendo la honradez sobre sus negocios ni pongo la mano en el fuego por él, solo hablo de lo que he conocido»

 
El Rey Don Juan Carlos I cumplirá el próximo mes de junio su primer año desde que tomó la decisión de abdicar. Desde entonces, se han sucedido numerosas publicaciones que recogen su biografía y también han surgido otras interesantes ediciones que tratan otros aspectos muy importantes de su vida y de su reinado. Es el caso del último trabajo de la prestigiosa y reconocida periodista Pilar Cernuda, (Santiago de Compostela, 1948), que ha escrito Genio y figura, Rey Juan Carlos, recuerdos y anécdotas de una vida (Ed. La Esfera de los libros) donde, de partida, la autora se muestra abiertamente juancarlista y confiesa que se trata de una iniciativa en positivo de anécdotas sobre la figura del monarca porque, a su juicio, se lo debe ante el privilegio que le ha supuesto acompañarle tan de cerca durante estos 40 años de reinado.
 ¿Es políticamente correcto para una profesional de la información escribir un libro, a priori, carente de crítica?
Como cuento en el prólogo, me limito a destacar unas  vivencias propias que tengo desde hace muchos años que llevo cubriendo la información de la Casa Real. Me considero una privilegiada que, junto a un pequeño grupo de periodistas, tuvimos la oportunidad de colaborar con él muy de cerca en alguna de las decisiones que tomó, y ese es el sentido del libro.
No me negará que también  hubo sombras en este período...
Sí, lo recojo al principio del libro cuando explico que hay muchas partes de sombra en su trayectoria que también a mí me han decepcionado, pero, sin embargo, cuando pongo la balanza entre lo que veo de positivo y de negativo, lo bueno es muy superior. 
¿Dónde pone el foco a la hora de describir sus experiencias?
Lo primero, indicar que no es una biografía ni un minucioso análisis. Son 54 historias independientes que he vivido en primera persona y que trato de compartir, porque constituyen realidades absolutamente desconocidas para la mayoría de los españoles. Me centro en aspectos reales junto a decisiones de Don Juan Carlos que han cambiado la Historia de España y que el país desconoce que son responsabilidad suya.
¿En qué se diferencia su texto del resto de los trabajos publicados con la misma temática real?
No tiene nada que ver con lo que se ha escrito hasta ahora, ni de su biografía, ni de sus negocios, ni de sus relaciones sentimentales. Aquí cuento  cosas distintas, incluso de cuando no era Rey. 
¿Hubiera sido España un país diferente con otro monarca?
No tengo la menor duda. Para empezar, estaba preparando la Transición desde el mismo día en que se aprobó la Ley de Sucesión, e incluso, tuvo que deshacer una operación para que Carmen Martínez Bordiú, la nieta de Franco, no fuera reina de España como era la voluntad de Carmen Polo. Don Juan Carlos fue, sin ninguna duda, el motor de la Transición y desempeñó, además, un papel primordial en momentos muy críticos. También, en situaciones recientes, cuando su figura estaba en entredicho, es donde fue capaz de mediar entre fuerzas políticas cuyos dirigentes estaban a tortas.
Comenta que el Rey se sintió, en ocasiones muy solo, pero  ¿qué fue lo que más le marcó?
Hay montañas de anécdotas en el libro, aunque lo que más le afectó fue la dificultad de las relaciones con su padre. Fueron muy difíciles porque Don Juan aspiraba a ser el sucesor.
 ¿Cómo recuerda el golpe de Estado del 23-F?
En el libro no hablo del golpe porque se ha contado todo y yo trato aspectos inéditos. Sin embargo, diré para quienes dudan de su implicación, que si Don Juan Carlos hubiera intervenido con cruzarse de brazos ese día, el 23-F hubiera triunfado. Sin embargo, no lo hizo y no prosperó. 
¿En quién confió en los momentos previos a su abdicación?
La primera persona a la que se lo contó fue al hoy Rey Felipe, y luego solo a media docena de personas estaban al tanto del secreto, aunque ahora presumen muchos de que lo conocían. Y entre ellas lo sabía Felipe González.
¿Ha habido autocensura desde los medios de comunicación españoles durante su reinado? 
Yo no lo sé, ni la he sufrido. Se que han publicado muchísimas cosas en estos años que, desde luego, al Rey no le han hecho ningún bien y que demuestran que no existió censura en la prensa con el reinado de Juan Carlos I.
Se ha hablado mucho de los supuestos negocios del Rey. ¿Usted cree que fue honrado?
Hay otras muchas publicaciones que hablan de sus capitales, pero yo, personalmente, solo puedo decir que los desconozco. Lo que cito en este trabajo es mi experiencia personal y mis entrevistas con las personas que supuestamente tuvieron intereses con el Rey. No defiendo su honradez, sobre sus negocios ni pongo la mano en el fuego por él, solo hablo en el libro de lo que he conocido y vivido, y que luego, cada uno saque sus propias conclusiones. Me entrevisté con Manolo Prado, que supuestamente era uno de gerentes de sus dineros, y aquí explico lo qué me confesó y la documentación que me mostró.