El 30 de julio pasado nos hacíamos eco de la publicación de Palencia, la ciudad y la noche, poemario de Juan Martínez Pastor en el que el venteño había volcado en gran medida su amor por una ciudad en la que estudió, conoció a su gran amor, se casó, disfrutó del fútbol y del cine e hizo grandes amigos poetas y pintores. Ahora está en las librerías Piel de Árbol, Premio de Poesía Andrés Quintanilla Buey de los vallisoletanos Viernes del Sarmiento, dedicado a su esposa y unión a su vez de dos libros, el que le da título y Tiempos inútiles. El anterior y este son los dos primeros títulos de MdeS.   

Para Juan Martínez, que lleva desde su juventud embarcado  en el verbo como cofundador de la Revista Juan de Baños y como creador de relatos, cuentos y poemas, su última incursión es un acercamiento del hombre a la naturaleza, el regreso del hijo pródigo, el redescubrimiento de la luz, del bosque, de cuanto se encierra al pie del árbol. (...) Pero una tarde, y al cerrar los ojos, / sientes que se deshacen los caminos / y da en crecer bajo tu piel el bosque, / dentro de ti, como una isla / mágica y desierta... / Y al fin comprendes (...)

La palabra, más aún la poética, es siempre reflejo de una búsqueda, ya sea la del camino vital, la de la plenitud o la del enlace primigenio con la tierra. Y de eso habla el autor. En la segunda parte de este libro persiste la reverberación de la naturaleza, como tentación y como vía de conocimiento. (...) Todo lo que me envuelve / tiene color de bosque. Cada rama / se nutre de mi piel como una hiedra. / Esta es mi vida, mi soledad y mi bonanza: / Mundo sin tiempo / donde pensar en nada. / ¡Álamos verdes / consolándome el alma...!