Tras el Rayo llega el trueno

Alberto Moreno
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CIA
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Rayo Vallecano
Finalizado
Reza le da la victoria al Club Internacional de la amistad ante el Rayo Vallecano

Después del rayo llega el trueno. Después del Rayo Vallecano llegó el indonesio Reza para marcar un gol que puede significar media permanencia. El ClubInternacional, con este triunfo ante el tercer clasificado, se coloca a cuatro de los puestos de descenso, cuando sólo restan seis jornadas. 

El líder Atlético de Madrid sólo fue capaz de ganar en los instantes finales. El Real Madrid, segundo, ganó sin excesivos méritos por la mínima. El equipo de Manu Gañán había acariciado dos veces la proeza de arañar puntos ante dos de los tres equipos que juegan su liga aparte. A la tercera fue la vencida en La Balastera. A este equipo le faltaba una hazaña y le llegó con justicia. Lo hizo realizando un trabajo a destajo, peleando cada balón, dejándose el alma en cada acción y acabando el partido exhausto. Tanto fue así, que durante la primera parte el potente Rayo no llegó a disparar sobre el marco de Javi y en la segunda parte sólo generó peligro con el marcador adverso y el tanque de gasolina marcando la reserva en los locales.

Sorprendió Manu Gañán, técnico morado, con su once inicial. No por su dibujo, que de hace algunas semanas ha pasado del 4-3-3 al 4-2-3-1, sino por la disposición de los jugadores. De esta manera, Álvaro regresa meses después al extremo diestro, pasando Cuéllar a la banda opuesta. El hispano-brasileño Matheus, normalmente central o pivote defensivo, jugador del equipo B de la Regional, ocupaba el lateral derecho.

Cambios obligados por las circunstancias y las bajas por sanción o lesión y el experimento no salió mal. Matheus cumplió en esta demarcación, sin notársele que es  un juvenil de primer año. Alvi fue una flecha por su banda, como en la contraria Cuéllar.

Este nuevo sistema de juego es evidente que ordena más a los palentinos, con las líneas más juntas, sin concesiones a su rival. Menos atrevimiento, pero menos riesgos. Así que Javi estuvo muy arropado, con una zaga segura a las órdenes de Sellés y con un Manu enorme. Marco, renqueante, echaba un candado a su banda. Gatu era Gatu y con eso se dice todo, mientras que Rubén trabajaba y creaba. Edu practicó ayer dos deportes a la vez. Uno, el fútbol, generando peligro en cada acción y otro, el campo a través, recorriendo infinidad de kilómetros. Gatu y Edu pasan el año que viene de juveniles. Si no están jugando la próxima temporada, como mínimo, en Tercera  División antes que medianías foráneas es que tenemos un serio problema en el fútbol de la provincia. Y Blanco completó el once de guerrilleros servidos a la causa, realizando una labor oscura, presionando la salida del balón de los centrales visitantes, entre ellos Luis Aguado, un prometedor jugador vallecano con procedencia de Astudillo, localidad en la que veranea todos los años.

En la primera mitad no se sabía con exactitud quién era el tercer clasificado y quién luchaba por la permanencia.  El Rayo Vallecano, que se jugaba muchas de sus opciones de poder clasificarse para la Copa del Rey, nunca estuvo cómodo. El cuadro local le daba el balón, que circulaba en zonas no peligrosas, pero se veía sorprendido por las contras visitantes. Era un partido de cuerpo a cuerpo, muy táctico. Si se compara este primer tiempo con el primer partido que el CIA jugó en casa en esta categoría va un abismo. Era un equipo, por aquel entonces, tierno. Ayer pareció hecho. Han recibido un máster en todo este tiempo a base de golpes duros. Las personalidades fuertes se forjan ante situaciones complicadas. Y este equipo tiene un carácter fuerte, rebelde. De otra manera no se explica que en 24 jornadas nunca hayan estado en puesto. Y así se entiende que en el momento más delicado, a un punto del descenso, apretando por abajo y con la visita del Rayo sacasen la casta para llevarse un triunfo balsámico.

segunda parte. La segunda parte se estaba desarrollando de la misma forma, sólo que en los locales empezaban a aparecer los primeros síntomas de cansancio y en los visitantes, de ansiedad, dado que el empate no les valía, mientras que a los palentinos el punto les sabía a gloria. Las ocasiones, cuando menos las llegadas peligrosas, empezaban a aparecer más en este acto. El CIA se mostraba sólido atrás y valiente en sus acciones ofensivas. El cambió de Reza por el fundido Edu fue providencial. Dos minutos más tarde lograba el tanto de la victoria.

Quedaban trece minutos que se hicieron eternos. El Rayo apretó a a la desesperada y en los locales las piernas eran de plomo, pero supieron defender el gol hasta el último gramo de fuerza.