Acordes que desentonan

Esther Marín
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Luis Miguel Quintero - Foto: Oscar Navarro

Según la Real Academia de la Lengua, becario es toda aquella persona que disfruta de una beca para estudio. Otra definición es la de estudiante en prácticas y, analizando la situación que viven muchos integrantes de la Banda Municipal de Música de Palencia se puede encontrar otra acepción.

Concretamente son diez los miembros de este colectivo -de los 25 que forman la Banda- que exigen que se busque una solución a la que situación que viven, algunos desde casi veinte años. Indican que no están capacitados, ni son los agentes adecuados, para decir cuál es la solución al problema que padecen, que sí tienen claro que sus necesidades pasan por un contrato laboral digno, un salario «decente» que se cubran las jubilaciones y las plazas vacantes, así como que se puedan utilizar los instrumentos de la Banda.

Explican que al principio su sueldo era de 90 euros, cantidad que se incrementó hasta los 160, siempre teniendo en cuenta que no estaban dados de alta en la Seguridad Social. El año pasado se les dio de alta con carácter retroactivo en la Seguridad Social y pasaron a ingresar en sus cuentas 327 euros mensuales.

Rubén BoadillaRubén Boadilla - Foto: Oscar NavarroSobre su trabajo y responsabilidades como integrantes de esta formación musical explican que el Ayuntamiento les exige el 85% de la dedicación que a sus compañeros profesionales.

Entre sus tareas, las de ensayar diariamente en las dependencias habilitadas en el Parque de Los Jardinillos, así como el participar en todos los conciertos en los que participe la formación.

acciones. La paciencia de estos becarios se está acabando. Después de muchos años pidiendo al Ayuntamiento que se cubran las plazas vacantes, que se modifiquen sus condiciones y que se «dignifique» su puesto, han decidido emprender acciones de protesta. Por ahora, la medida que han puesto en práctica es la de hacer «conciertos reivindicativos». Todos los lunes del mes de mayo se han colocando en las escalinatas del Ayuntamiento de la capital para dar un toque de atención a los responsables municipales. En su lucha no están solos, estos becarios tienen el respaldo del sindicato CSI-F, algunos compañeros profesionales de la Banda Municipal y y músicos de otras agrupaciones de la provincia.

Por su parte, el Equipo de Gobierno del Ayuntamiento -representado por los concejales de Hacienda y Personal, David Vázquez; y Cultura y Turismo, Carmen Fernández Caballero- ha propuesto a   los portavoces del resto de grupos políticos la creación de un grupo de trabajo para estudiar las posibles soluciones a la situación que viven estos becarios.

Por otra parte, cabe señalar que el pasado 10 de mayo, en la Comisión de Personal se aprobaron dos plazas para la contratación de músicos tal y como estaba presupuestado hace tiempo.

Hoy, en lugar de un concierto en la Plaza Mayor, la intención es hacer un pasacalles desde el edificio municipal de Las Canónigas hasta la Plaza Mayor. Si la situación no mejora, los becarios podrían acudir a la vía judicial.

 

Luis Miguel Quintero. Percusión

En diciembre hará diez años que, tras presentarse a las oportunas pruebas de mérito, pasó a formar parte de la Banda Municipal de Música de Palencia como becario. Con el Grado Medio de Percusión obtenido tras estudiar diez años en el Conservatorio Profesional de Música, Luis Miguel Quintero entró muy ilusionado en la formación y comenzó a ser uno mas de la familia.

«Desde entonces, cinco días a la semana durante todos los meses del año he estado ensayando como el resto de mis compañeros», explica al ser preguntado por este rotativo.

Luis Miguel Quintero comenta que los becarios de la Banda Municipal realizan prácticamente todas las tareas que sus compañeros contratados, «excepto dar clases».

Explica que, como la mayoría de los becarios de esta formación, tiene un trabajo del que vive, dado que el sueldo que lleva cobrando estos diez años no le sirven para prácticamente nada. «¿Que por qué he aguantado tanto tiempo? Pues porque me encanta y disfruto cada minuto de la música. Además, desde hace años hemos estado con promesas y eso te hace aguantar y creer que se va a solucionar todo pronto, pero al final te das cuenta de que se ha quedado todo en palabras», añade.

Otra de las cuestiones que a su juicio debe cambiar es el hecho de que ellos tengan que tener su propio instrumento para tocar con la Banda, cuando a sus compañeros contratados se los dejan. «Al principio nos dejaron los instrumentos, pero luego nos mandaron que los compráramos y hay algunos que cuestan mucho dinero, tanto que no todo el mundo puede permitírselo», indica Quintero.

Sobre la solución que debería darse a esta situación reconoce que «nosotros no estamos para dar opciones, porque no somos los adecuados. El Ayuntamiento sabe lo que pasa, qué es lo que queremos y son los responsables municipales quienes tienen que analizar cuál es lo más conveniente. Pero bueno, esta situación la vienen conociendo desde hace años y tampoco han hecho nunca nada», asegura. «¿Apoyados por nuestros compañeros?, relativamente». 

 

Rubén Boadilla. Trompeta

Desde aquella primera prueba que superó para entrar a formar parte de la Banda Municipal hace una década, cada año se somete a una nueva «para demostrar que seguimos preparados», explica Rubén Boadilla. Anualmente, los becarios tienen que pasar una valoración que realizan dos miembros de la Banda de Música de Palencia y un representante sindical.

Su padre toca la trompeta y ha sido durante muchos años miembro de esta Banda. «Desde que tengo uso de razón he escuchado cientos de conciertos y crecido entre estos músicos, porque siempre acompañábamos a mi padre cuando tocaba y eso me hizo sentir una pasión tremenda por la música», explica.

Rubén Boadilla también toca la trompeta, pero no tiene plaza en la formación musical. Su padre dejó vacante una hace tiempo, «pero no se ha cubierto». Ahora, el Ayuntamiento de la ciudad acaba de convocar dos nuevas: una para trompeta y otra para saxofón. «Está fenomenal que salgan plazas, pero a los becarios que estamos dentro tampoco nos tienen en cuenta a la hora de cubrirlas, dado que la experiencia como becario no cuenta en la convocatoria», lamenta.

Tras terminar los estudios de grado medio en el Conservatorio de la capital, este palentino continuó con el grado superior, por lo que su formación está más que demostrada.

Al igual que el resto de sus compañeros becarios, Rubén Boadilla tiene un trabajo con el que mantenerse, dado que los 327 euros mensuales que reciben «no dan para nada».

Espera que el Ayuntamiento «entre en razón». «Creo en el diálogo y por eso llevo tanto tiempo esperando. Lo que hay que hacer es que se contrate a todas estas personas becarias y se determine su jornada laboral», añade este trompetista.

«Llevo diez años cubriendo un puesto y no se me ha valorado todo ese trabajo y esfuerzo. Creo que merecemos un mejor trato, tanto por nosotros como por la continuidad de la Banda Municipal de Música», concluye Rubén Boadilla.