José Ruiz Muñoz, novillero con caballos: «La actuación en Santander marcó un antes y un después en mi temporada»

Jorge Cancho
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«Lo que más valoro de Curro Romero y de 'Gonzalito' es la enorme experiencia que me transmiten»

José Ruiz Muñoz durante la entrevista en 'Grana y Oro'. - Foto: dp

Pese a que como novilleros sin caballos no realizó excesivos paseíllos -algunos triunfales como en Valladolid, Torres (Jaén) o Navalperal de Pinares-, este gaditano debutaba con los del castoreño en Sevilla dentro de la ‘Feria de Abril’ en un 2014 que le ha dado a conocer con actuaciones como las de Santander, Riscle (Francia) o Aranjuez. La parte negativa, el percance en Navalcarnero que le produjo un derrame ocular del que sigue recuperándose. Teniendo en cuenta que es sobrino-nieto del maestro Curro Romero y que su director artístico es ‘Gonzalito’, resulta fácil concluir que estamos ante un torero de arte y gran pureza.

Antes de nada, ¿qué tal se encuentra tras su reciente operación de la vista?

Ya me encuentro mucho mejor y todo está evolucionando de forma favorable, gracias a Dios. Después de unos cuantos meses complicados, ahora comienzo a ver bien con el ojo izquierdo, que es lo importante.

Todo a raíz de aquel percance en septiembre en Navalcarnero que le produjo un derrame ocular con pérdida de visión

Así es. Estaba pegando un derechazo al novillo, cuando el animal tiró un derrote y me golpeó en la cara con el testuz. A causa de ello, sufrí una fractura del hueso de la órbita que hizo que el ojo se cayera un poquito y que repercutiera en mi visión.

Dicen que lo que más le dolió es tener que cortar la temporada a principios de septiembre...

Sin ningún género de duda que así fue ya que me encontraba en un momento muy dulce. Es más, hasta dos días antes quería torear la que tenía en Guadarrama, que por cierto salió extraordinaria, pero al final tuve que rendirme a las circunstancias y empezar ese calvario que ha durado tres meses.

¿Le ha pasado factura anímicamente?

El percance me ha servido para madurar mucho y para darme cuenta de la dureza que caracteriza a esta profesión. No es como muchos se piensan, pues es cierto que hay una parte muy bonita, pero también existe otra que es realmente dura.

No le dejó la condición y toreó en el campo pese a persistir el problema de doble visión. ¿Tan grande es este veneno?

Sí, sí, más que grande diría que es horroroso (se ríe). Lo que pasa es que yo soy una persona que si no estoy toreando me cambia el carácter, me vuelvo hasta más malaje, no duermo bien por las noches y necesito ponerme delante de un astado para sentirme mejor y soltarlo todo. Así que, sí que hice algún tentadero en los que me encontré fenomenal, pues no había parado de entrenar de salón, de ahí que a la hora de torear no notara casi nada el parón.

¿Se esperaba que en su primera temporada con caballos se hablara tanto y tan bien de usted?

Para nada. Hay que tener en cuenta que tras el debut en La Maestranza me llamaron para entrar en la Feria de Santiago en Santander y no tenía nada más para el resto de temporada. Por lo tanto, ni los más optimistas podían pensar que se diera todo tan bien.  

Durante su etapa sin caballos no se prodigó mucho, lo que no le impidió debutar con los del castoreño en abril, nada más y nada menos que en La Maestranza...

No había toreado mucho durante mi etapa sin caballos, pero el invierno estuve preparándome fuerte, muy fuerte en el campo y me sentía con las fuerzas suficientes para afrontar un reto de tanta responsabilidad.

¿Notó el cambio?

El cambio que más noté fue el de pasar de torear de plazas menos importantes a hacerlo en una de primera como Sevilla. En cuanto a la embestida del utrero, creo que me acoplo mejor a ella, pues lo hace de una forma más lenta y pausada.

Donde empezó a sonar su nombre de verdad fue tras la tarde de Santander, en corrida televisada

Santander marcó un antes y un después a mi primera temporada con picadores ya que mi actuación en ella generó a la postre una enorme expectación. Sin duda, la Feria de Santiago me abrió las puertas de la francesa de Riscle, Aranjuez, Villa de Prado y otras cuantas plazas más en las que tuve sensaciones iguales o incluso mejores a las vividas en Santander y Sevilla.

Donde no pudo repetir triunfo fue en Valladolid

Fue una lástima ya que en 2013 había salido a hombros en la final del Certamen de Promoción, si bien este año me tuve que conformar con palmas. Y digo que una lástima porque es una afición a la que tengo mucho cariño.

Ser sobrino-nieto del gran Curro Romero, ¿hasta qué punto  le condicionó su futuro taurino?

Si soy torero es porque nací torero, no porque fuera familia de nadie. Algunos pudieran pensar que por mis circunstancias familiares lo he tenido más fácil que los demás, cuando nada más lejos de la realidad. A mí me ha tocado ir de tapia y acudir a tentaderos en bici o auto-stop, pues mi tío era el primero que quería ver si lo mío era vocacional o un capricho. Y fue a raíz de la novillada goyesca de Chiclana cuando se dio cuenta de que lo mío iba en serio y cuando Gonzalito comenzó a echarme una mano, como también me ha ayudado mucho Jorge Alonso.

Contar con el consejo y la sabiduría del Faraón y de Gonzalito como director artístico tiene que ser algo inestimable...

Lo que más valoro es la grandísima experiencia que ambos me transmiten a diario. Les escucho mucho todos sus consejos y ello me llena del todo ya que me está ayudando enormemente a vivir en torero esta bellísima profesión.

«De mi tauromaquia destacaría la naturalidad»

De los muchos consejos que le transmiten el maestro y Gonzalito, ¿en cuál hacen más hincapié?

Después de tantos años juntos, ambos hablan el mismo idioma, de ahí que coincidan en que hay que obsesionarse con torear despacio y que  se necesita paciencia para llegar a lo alto, que todo acaba llegando y que saber esperar también es bonito, pues cuando consigues tus metas las valoras mucho más.

Imagino que con sus antecedentes, su tauromaquia está más cerca del arte y de la pureza que de cualquier otra cosa

Me gusta hacer las cosas con pureza, con verdad, con despaciosidad y, sobre todo, con naturalidad. Así es como siento el toreo, como algo innato.

Con el ambiente que ha dejado, 2015 se presente a apasionante para usted...

Lo importante es iniciar pronto la temporada, para estar luego en las principales ferias. No estaría mal comenzarla en Olivenza, en Valencia, en Sevilla, etc.  Pero luego todo acaba dependiendo de que te embistan o no los toros.

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