El Madrid zarandea al Barça

AGENCIAS
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Los blancos remontan el gol inicial de Neymar y se sitúan a un punto de los azulgranas (3-1)

El Madrid zarandea al Barça - Foto: JUAN MEDINA

El Real Madrid se llevó ayer con justicia el ‘clásico’ del fútbol español tras imponerse al Barcelona (3-1), en un partido perteneciente a la novena jornada de la Liga, gracias a los goles de Cristiano Ronaldo, Pepe y Benzema, en lo que fue un ejercicio de superioridad ‘merengue’ tras el tempranero gol de Neymar, a los tres minutos.

 Ya lo anunció en Liverpool el conjunto blanco, cuyo argumentario pasó por repetir los mismos ingredientes del último mes. Solidez defensiva, con Carvajal disfrazado de Maldini, y ‘punch’ en los últimos metros, donde el bloque de Concha Espina llegó a perdonar lo que hubiera sido una aún más dolorosa derrota para el eterno rival. El equipo madridista demostró ser un conjunto con más variantes y, hasta el momento, más completo que la escuadra dirigida por Luis Enrique, dejando en el olvido los fantasmas del inicio de la temporada.

No hubo tiempo para asimilar la titularidad de Luis Suárez, la gran sorpresa del entrenador asturiano, cuando Neymar marcó el primero con un disparo ajustado. No había mejor escenario para los blaugranas, cuya pausa de los primeros minutos contrastaba con el vigor de los locales. Los de casa hacían de la línea recta el camino más corto para llegar a la meta contraria; la escuadra ‘culé’, por su lado, apostó por la posesión para desesperar al Madrid.

El gol del brasileó avivó a los blancos, que cuajaron sus mejores momentos a consecuencia del ‘croché’ recibido. Un doble larguero de Benzema a los 10 minutos, y las constantes subidas de los laterales terminaron por arrinconar al Barça, muy venido a menos si la pelota no estaba en su poder. Eran minutos de agobio para los visitantes, que solo encontraron la tranquilidad una vez que lograron rebajar el ritmo del partido y cuando Iniesta, Xavi y Busquets pudieron realizar su fútbol: pases cortos en mitad de cancha sin amenazar la portería rival, pero impidiendo que los futbolistas contrarios entren en juego.

Así, el equipo azulgrana tuvo el segundo gol en los pies de Messi, quien después de recibir un gran pase de Suárez definió a un toque y Casillas desvió la pelota con un nuevo ejemplar de sus paradas milagrosas. El capitán blanco, en una nueva reválida ante el público del Santiago Bernabéu, fue clave para mantener a los suyos con vida, impedir que Messi alcanzase a Telmo Zarra como máximo goleador histórico de la Liga, y para que el Real Madrid volviese a la carga para batir al intocable Claudio Bravo. Un total de 755 minutos pasaron, desde que comenzase el campeonato doméstico, hasta que dejó una rendija en su fortaleza.

 El gol fue de penalti, tras una jugada en el costado izquierdo que cortó Piqué con el brazo. Cristiano lo ejecutó a la perfección y el Madrid enfiló el túnel de vestuarios con ganas de más, con la sensación de que daría la vuelta al encuentro tras el descanso.

ISCO DELEITA AL BERNABÉU. La fórmula para remontar pasó por Isco, bestial en la construcción y sacrificado en la recuperación, además de la presencia del dúo Modric-Kroos, el que da el equilibrio que tanto ha buscado Carlo Ancelotti en este año y medio. Las coordenadas estaban claras, y el as bajo la manga de su rival ya estaba en el campo: la titularidad de Suárez, sustituido a la hora de partido, acabó jugando en contra de lo que había ideado Luis Enrique.

 Xavi no tuvo la presencia de antaño y los tres de arriba suspiraban por encontrar el balón en posiciones ventajosas. Entre tanto, córner para el Madrid y cabezazo de Pepe al fondo de las mallas. No había más que añadir al ideario blanco. Por mar, tierra o aire, lo que hiciese falta para terminar de anestesiar a un Barça que ya solo se había quedado en Rakitic tras la lesión de Iniesta.

La consistencia del líder se derrumbó con el tercer gol, una obra maestra del bloque ‘merengue’. Benzema, uno de los mejores, definió al palo y mató al eterno rival, el mismo que llevaba una sola derrota en sus seis últimas visitas ligueras al Bernabéu. Quedaban 20 minutos para el final, pero todo el mundo sabía quién era el protagonista de la película.

 Cristiano, James y compañía se hartaron de errar en el último pase en lo que era una fiesta para el estadio blanco. Hubo tiempo para la ovación a Isco, los aplausos a Carvajal e incluso para dedicar con sorna un ‘Viva España’ a los valientes aficionados ‘culés’ que habían viajado a Madrid. No hubo más. Esta Liga está muy viva.