El sector lácteo se resiente en un dura época de 'vacas flacas'

Esther Marín
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En la provincia de Palencia hay 200 explotaciones ganaderas que suman más de 17.400 vacas, cifra solo superada en Castilla y León por las 449 contabilizadas en León y que alcanzan las 25.050 reses

La crisis de precios que afecta al sector lácteo se está convirtiendo en una bola de nieve que crece cada día y, lo que es peor, está cuestionando el futuro del vacuno de leche.

Los profesionales abogan porque se mantenga el litro de leche en origen por encima de 0,34 euros para cubrir costes, cuando esta cifra en la actualidad se sitúa en  una media de 0,29 euros por litro y baja más si se tiene en cuenta que en enero de 2014 estaba en 0,40. En aquellos momentos la situación era diferente porque estaba vigente el sistema de cuotas lácteas, que desapareció a finales de marzo y que fue el principio del fin.

Pero no es la única causa de que el sector no atraviese su mejor momento. En los últimos meses, una conjunción de circunstancias ha puesto en jaque a miles de profesionales que no saben lo que pasará a corto y medio plazo.

Así, al final de las cuotas lácteas fijadas para cada país y que ha permitido una sobreproducción de leche, se suma la prórroga del embargo ruso y la caída del consumo mundial -principalmente China- y la reducción del mismo en el mercado interno.

Según los datos que del informe mensual de entregas de leche del FEGA (Fondo Español de Garantía Agraria), Castilla y León tiene 1.407 ganaderos, cifra solo superada por Galicia (9.356)y Asturias (2.135). De ellos, 212 pertenecen a Palencia y suman un total de 17.452 vacas. Estas cifras sitúan a la provincia en la segunda posición regional en lo que a explotaciones ganaderas se refiere, por detrás de las 449  que hay en León y que alcanzan los 25.050 animales de vacuno.

Aunque esta crisis está afectando de forma más dura a otras zonas del país como Galicia, los profesionales palentinos también alzan la voz ante su preocupación por el presente y, más si cabe, por el futuro del sector.

Una de las cuestiones que sufren más los ganaderos palentinos es que hay explotaciones que, por su ubicación o características, se están quedando con la leche porque las fábricas de recogida o cooperativas no se acercan hasta allí. Las que tienen suerte ven cómo se llevan su leche a un precio por debajo del coste de producción y la situación comienza a ser insostenible.

«Si no se regula el mercado de precios, el problema no se va a arreglar. Eso sí, también puede darse el problema de que el precio suba y la gente comience a producir en exceso y volvamos a estar con el mismo problema», argumenta David Tejerina, presidente de COAG Palencia.

«Al desaparecer las cuotas, la que manda es la industria y no el ganadero», puntualiza el secretario provincial de UPA Palencia, Domiciano Pastor.

acuerdo de intenciones. En los últimos meses se han sucedido distintas medidas de presión contra el Gobierno, entre ellas las conocidas como marchas blancas, que han llevado a que el Ministerio de Agricultura moviera ficha.

Tras varias reuniones y encuentros, el pasado 23 de septiembre más de medio centenar de empresas -entre las que se encontraban los grupos más importantes de la industria y la distribución, las cooperativas agroalimentarias y la organización agraria Asaja- suscribió el acuerdo para la estabilidad y sostenibilidad del sector lácteo ante la grave caída de precios que soportan los ganaderos por la existencia de excedentes. El acuerdo no fue suscrito por las organizaciones UPA y COAG por estimar que el mismo no garantiza el pago de unos precios remuneradores, así como medidas contra su incumplimiento.

El acuerdo contempla el expreso deseo de los firmantes de trabajar por la estabilidad y crear valor en toda la cadena alimentaria para lograr esos precios remuneradores y sostenibles en cada tramo de la misma.

Las industrias, entre otras cuestiones, se comprometen a aplicar en sus contratos unas condiciones en consonancia con los mercados, a garantizar recogidas de acuerdo con la evolución de las ventas de la industria contratante y a compartir con los ganaderos la revalorización en los precios que logren con la distribución.

Las empresas de la distribución se comprometen a valorizar la leche y los productos lácteos con medidas concretas que impidan su uso como productos reclamo, no banalizando los mismos ante los consumidores.

«Lo único que ha hecho el Gobierno es sacar propaganda para parecer que se ha implicado, pero no se ha establecido medida alguna de obligado cumplimiento», apunta Domiciano Pastor.

En esta misma línea se manifiesta Francisco Salvador, coordinador provincial de la Unión de Campesinos de Palencia (UCCL), al destacar que el acuerdo «es de buenas intenciones, no garantiza precios y deja todo a criterio de la industria».

Es más, en su opinión «ha servido para desmovilizar al sector».

‘de minimis’. Por su parte, el Consejo de Ministros aprobó el 25 de septiembre un Real Decreto por el que se establecen las normas reguladoras para la concesión directa de ayudas de minimis  hasta un máximo de 20 millones de euros, destinadas a compensar las dificultades económicas en el sector lácteo.

Las ayudas de minimis son aquellas concedidas por los Estados miembros de la UE a sus empresas, cuyos efectos sobre la competencia son limitados y, por ello, no existe la obligación de comunicarlas a la Comisión Europea con carácter previo a su concesión.

La concesión de dichas ayudas extraordinarias beneficiará a cerca de 5.600 explotaciones, de las que 1.700 se consideran de primer nivel de vulnerabilidad y recibirán una mayor ayuda, mientras que las del segundo grupo de menor importe unitario rondan las 3.900 explotaciones. Será una ayuda de 300 euros por vaca, hasta un máximo de 10.000 euros por explotación láctea, para aquellas que no están cubriendo los costes de producción, y de 110 euros por animal para otras explotaciones también afectadas por precios bajos, pero en un nivel inferior de vulnerabilidad económica.

Los sindicatos agrarios palentinos tienen claro que la provincia no recibirá nada de ese reparto de ayudas y lo único que se va a conseguir es «pagar favores políticos» a otras Comunidades.

Desde Agricultura se ha puntualizado que, dada la diversidad productiva de España, hay que centrar el esfuerzo presupuestario en aquellos productores que por su propia idiosincrasia están afectados por una menor rentabilidad y soporta mayores cargas financieras. A los palentinos no les toca.

Ante esta situación, y dada la impotencia que siente los profesionales de la provincia, muchos  abogan por hacer campaña a favor de los productos nacionales.

«Es esencial que las empresas que gestionan la alimentación de organismos y entidades ofrezcan productos españoles. Más si cabe cuando los que vienen de fuera son excedentes de producción y su precio es irrisorio, lo que implica que ellos se quitan un problema pero nos lo ponen a nosotros», explica David Tejerina desde COAG Palencia.

Pastor, desde UPA, también hace un llamamiento para consumir productos del país. «Hay empresas de capital extranjero que priman el consumo de leche de fuera, cuando en nuestro país y en nuestra provincia tenemos un producto de máxima calidad», dice.