La Estación de Ferrocarril es un emblema para Santibáñez de la Peña. Gracias a ella ganó peso comercial y demográfico, prosperó su industria minera y nació todo un barrio, que hoy es su centro neurálgico. Aquellas vías abrieron el pueblo al mundo, conectándolo con León, Bilbao y otros localidades de la cuenca, a las que hasta entonces solo se llegaba a través de angostos caminos de tierra, pues las carreteras aún tardarían algunos años en llegar.
Un edificio venido a menos (ahora solo funciona como apeadero) que permanece cerrado a cal y canto desde hace treinta años, y al que el Ayuntamiento se ha propuesto dar una segunda oportunidad como espacio cultural de divulgación histórica, patrimonial y arqueológica. Para ello, el alcalde, Manuel Maza, está negociando la cesión del inmueble con Adif (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias), su propietario, para reconvertirlo en un museo que sirva para poner en valor los recursos de la cabecera municipal y de las trece pedanías que de ella dependen.

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