«Hay lagunas, pero la sanidad funciona bien»

Esther Marín
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Tras casi una década al frente del sindicato de enfermería, el 20 de septiembre presentó su dimisión. Después de un periodo de formación volverá a ocupar su plaza en la UME (Unidad Móvil de Emergencias) de Cervera de Pisuerga. 

¿Qué han supuesto estos años al frente del sindicato y cuáles cree que han sido los mayores logros?

He podido ver la profesión y trabajar por ella desde otro punto de vista. Hemos estado siempre en contacto con la profesión de enfermería desde el ámbito de la gestión y de los derechos, que es muy diferente a la labor asistencial. Nuestra labor, un tanto ardua, ha sido la de  defender a los afiliados y trabajadores. Han sido muchas alegrías, pero también muchos sinsabores. En el camino he hecho amigos, pero también he dejado algún enemigo, aunque espero que me sepan perdonar si no lo he hecho como querían.

En este tiempo se ha conseguido una mayor visibilidad del sindicato y de la profesión. Antes, apenas se conocía la labor de Satse y ahora ya se nos identifica como un sindicato más. Estamos presentes en empresas privadas, como el Complejo Asistencial Hermanas Hospitalarias y San Bernabé, así como en residencias pequeñas.

Pese a los años de crisis, también hemos incrementado las cifras de afiliación, pues tenemos un 34% más de personas. Además, hemos tenido un aumento de implantación muy importante, pues hemos pasado de un 48% a un 62%. Eso supone que, de los profesionales colegiados, algo que es obligatorio, seis de cada diez están afiliados a nuestro sindicato, que es algo voluntario. El resto puede estar en otros sindicatos o no estar afiliado.

Satse se ha sentido muy apoyado en este tiempo, pues siempre que sha necesitado ayuda de los profesionales o de la sociedad, la ha recibido. Ha sido la primera vez que hemos concurrido a elecciones en el ámbito laboral de forma individual, pues antes lo hacíamos junto con otro sindicato; en las dos elecciones que ha habido en el hospital nos han arropado mayoritariamente. Eso es un lujo. A ello se suma el aumento de formación que se ofrece a los afiliados, tanto cursos presenciales, como preparación de oposiciones, etc.

Siempre queda esa espinita que uno no ha podido sacarse…

Las mayores espinas que me llevo son que la administración, cuando da una palabra y crees que la cumplirá, con el paso del tiempo olvida lo dicho y vuelve a los mismos errores. Cuando se han conseguido unos derechos laborales, que han quedado plasmados en pactos o en normas, al siguiente en la escala se le olvidan esos compromisos. La Gerencia decide algo y, de repente, llega a Atención Primaria o al hospital y lo obvian. Si se cumpliera lo pactado, muchos problemas no existirían.

 

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