La Dirección General de Tráfico ha ampliado en 14 los tramos  de la Red de Carreteras de la provincia de Palencia catalogados como de especial peligrosidad hasta llegar a un listado de 30 (algunos casi consecutivos) en 24 carreteras convencionales diferentes, independientemente de la Administración competente en las mismas. «Son tramos de especial peligrosidad, por accidentes y velocidad, porque como peligrosos, yo considero todos los de carreteras», afirma precavido el jefe provincial de Tráfico, Fernando Alonso.

La Dirección General a la que representa en la provincia ha renovado, y ampliado, la lista de recorridos especialmente peligrosos elaborada a principios del verano adecuándose a las estadísticas de siniestralidad y la experiencia de los agentes de la Guardia Civil. «Desde Madrid se remitió un listado con 300 tramos que podrían ser de especial peligrosidad, que hemos dejado en 30 atendiendo a los accidentes que se han producido en los últimos tiempos y su gravedad, así como también a las sanciones por excesos de velocidad y velocidad media de la vía que se ha registrado. Tienen que darse las dos variables», apunta Alonso, que pone el acento en que se tienen en cuenta las carreteras convencionales «donde se produce el 80% de los accidentes mortales».

¿Qué consecuencias tendrá el hecho de estar en ese listado?

La primera, un mayor control por parte de la Guardia Civil de Tráfico. De forma paralela al anuncio de los tramos de especial peligrosidad en la provincia, la DGT ha actualizado también los tramos en los que trabajarán de forma intensa los cuatro radares móviles de los que dispone la Agrupación de Tráfico de Palencia (en las dos demarcaciones -capital y Herrera de Pisuerga-). «No quiere decir que en el resto de carreteras no vaya a haber controles. No. Simplemente que en estos tramos la vigilancia será más intensa. Hay cuatro radares móviles -dinámicos o estáticos- pero en determinados momentos puede haber cinco en la provincia».

Los tramos de control se calcan con los de especial peligrosidad, que suman un total de 640 kilómetros de carreteras convencionales. «El principal objetivo es reducir la siniestralidad. La presencia de los radares solo solivianta a los infractores. Y lo que solivianta a los infractores es beneficio, para el resto de los usuarios de las carreteras», defiende el jefe de Tráfico de Palencia. 

La DGT, a nivel nacional, señala que los radares móviles pero estáticos «no estarán -salvaguardando la seguridad de los agentes- ocultos para los conductores de modo que sirva como medida disuasoria y de prevención.

 

Nuevos tramos. El catálogo de tramos de especial peligrosidad abarca carreteras nacionales (todas las palentinas tienen algún tramo), autonómicas de primer grado (todas tienen al menos uno) y de segundo grado. Llama la atención la incorporación en esta segunda remesa y su no presencia en el anterior listado, de la parte inicial de la CL-615 (Palencia-Guardo) entre la capital palentina y Carrión, con el problemático cruce de Husillos y siendo la vía convencional con más tráfico de la provincia (sin contar accesos a la ciudad), o la N-610 (considerada por el RACE como la vía con más posibilidades de sufrir un accidente en la provincia.

Entran en este listado también casi 30 kilómetros de la N-611 (Palencia-Santander) pese a que ya no tiene tanto tráfico absorbido por la A-67, o pequeñas carreteras como la P-901 o la P-231 con intensidades medias diarias de 435 y 139 vehículos, respectivamente.

 

LOS TRAMOS