Media vida juntos

Rubén Abad
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El Ayuntamiento de Santibáñez de la Peña tributa un emotivo y merecido homenaje a ocho matrimonios mayores de 83 años, en representación de todos los abuelos del municipio peñiego

Se conocieron en tiempos difíciles, en plena postguerra. Eran años en los que todo escaseaba, más aún en el medio rural: la comida, el trabajo y hasta la salud. Mejor dicho, casi todo, pues seguía vivo el amor, el cariño y el afecto de los jóvenes de una tierra curtida como pocas que lucharon por salir adelante. Valientes que pelearon contra viento y marea para asentar las bases de un proyecto de vida junto a sus parejas, formar una familia y echar raíces en la comarca.

Fueron paso a paso, sin prisas, pero con las ideas muy claras. La mayoría se conocía desde la infancia, algunos ya compartían amigos y otros intercambiaban miradas cómplices desde que eran mozos. Para otros, lo que les unió fue un flechazo, una mirada fugaz que les unió para siempre.

A todos ellos tributó un homenaje recientemente el Ayuntamiento de Santibáñez de la Peña con motivo de la festividad de San Joaquín y Santa Ana en una emotiva ceremonia en la que los grandes protagonistas fueron ocho matrimonios (se cursó invitación a una quincena, pero muchos no pudieron acudir por motivos de salud) que debían cumplir un requisito indispensable: tener los dos, al menos, 83 años. Una cifra que no se tomó a la ligera, pues son los mismos años con los que contaba el municipio (ahora tiene 84) cuando comenzó a gestarse esta entrañable iniciativa.