En completo silencio avanzó ayer la cabecera de la Procesión de Piedad y Reconciliación que partió sobre las 19 horas (treinta minutos antes que en ocasiones anteriores) de la iglesia de San Agustín. Representantes de todas las cofradías palentinas participaron en este desfile procesional y acompañaron a la Hermandad de la Santísima Virgen de la Piedad, del Santísimo Cristo de la Vida y de la Muerte y de San Francisco de Asís en la primera de las procesiones que organiza.

El sonido de las carracas marcaba el avance de esta procesión que discurrió por la Calle Mayor y la calle La Cestilla hasta la iglesia de Nuestra Señora de la Calle, donde al toque del tararú se produjo el Encuentro con la imagen de Santa Teresa de Jesús. Precedida por los integrantes de la hermandad, con el hábito franciscano que les caracteriza y la capucha que lucen en las procesiones penitenciales, la banda de tambores y de carracas y una cruz con un crucificado avanzaba la carroza de la Santísima Virgen de la Piedad, obra de los Hermanos Martínez en el año 2004. Este misterio representa el momento en el que la Virgen, al pie de una cruz con sudario, recoge el cuerpo sin vida de su Hijo y alza la mirada obediente al Cielo. Las manolas, las autoridades políticas y una representación de las cofradías cerraban el desfile.

En su recorrido, la procesión también pasó por primera vez en su corta historia por la sede social de la Hermandad Franciscana, en la calle Mancornador, antes de continuar hacia el barrio del Carmen, lugar elegido para un desfile con el que se pretende que los cofrades empiecen la Semana Santa libres de pecado y reconciliados con Dios tras un acto de reflexión y que ya visitó esta zona en el año 2007.

acto de reconciliación. Así, tras recorrer varias calles de este barrio capitalino, la procesión llegó a la iglesia del Carmen, en cuyo interior se celebró un breve acto de reconciliación, que invitó a los asistentes a pensar sobre sus acciones pasadas, arrepentirse y hacer propósito de enmienda para poder iniciar los actos de la Semana Santa con la conciencia tranquila y el perdón de Dios.

A continuación, volvió a formarse la procesión para regresar a su sede en la Calle Mayor. Ya de noche los cofrades avanzaron por un itinerario similar al realizado en la ida -las calles Casas del Hogar Primera, Obispo Fonseca, San Juan de la Cruz, las vías de servicio del Paseo de la Julia y la avenida de Santiago Amón, la calle  Batán de San Sebastián, la avenida República Argentina y la plaza Pío XII-, para enfilar ya la Calle Mayor y dar así oportunidad a todos los palentinos de asistir a esta procesión de la Semana Santa, uno de los objetivos que se marcó esta hermandad al plantear el desfile.

Ya en la puerta de la iglesia de San Agustín se procedió al acto de despedida y la imagen de la Virgen regresó al interior del templo, de donde volverá a salir mañana, al paso de la Procesión de Las Cinco Llagas.

FRENTE A SANTA TERESA

Una de las novedades de la procesión que se celebró ayer fue el emcuentro y saludo entre la imagen de Santa Teresa y la Virgen de la Piedad en la iglesia de La Compañía, coincidiendo con la fecha exacta del quinto centenario de su nacimiento. No es un lugar elegido al azar sino que está directamente relacionado con el Monasterio de San José y Nuestra Señora de la Calle, fundado por Santa Teresa el 29 de diciembre de 1580, bajo la protección de la patrona de Palencia.

Así, a las puertas de este templo se colocó una imagen vestidera de la santa de finales del siglo XVIII o principios del XIX que se encuentra en la clausura del noviciado del Convento de las Carmelitas Descalzas y que, por lo tanto, es muy difícil de ver. La última vez que salió en un acto religioso oficial fue en 1970 cuando el Papa Pablo VI nombró a Santa Teresa de Jesús doctora de la iglesia, aunque que se la pudo ver el 18 de octubre del pasado año, cuando participó en una procesión para conmemorar la apertura del V Centenario del Nacimiento. Ayer, La Compañía fue escenario de este encuentro, en el que la Virgen se acercó en varias ocasiones a la otra imagen a modo de saludo. Santa Teresa de Jesús vivió La Piedad y la Misericordia Divina de forma especial y escribió varias textos reflexivos sobre el momento en el que María coge en brazos a su Hijo muerto.

La Santa volverá a ser protagonista el Miércoles Santo, en el Vía Crucis, cuando sus textos sirvan para comentar los pasaje biblícos que se leen durante las 14 estaciones.