Perera entrega su oro al tendido

Óscar Herrero
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La plaza se llenó en dos tercios en busca de lo que prometía ser la mejor tarde de la Feria, con personalidades en el coso · Hasta la segunda mitad del festejo los aficionados no encontraron lo que demandaban

Como buscadores de oro en el Klondike acudieron los palentinos a Campos Góticos. Sabían que las condiciones no eran favorables. No es que el tiempo fuera como en Alaska, pero la verdad es que la suave temperatura no fue suficiente para contrarrestar el viento que hizo de la tarde de toros dos horas y media desapacibles en los tendidos. Hasta chalecos de plumas se dejaron ver en algunos casos extremos. Igual no era para tanto, pero las chaquetas y los cortavientos se hicieron una prenda indispensable.
El cartel, para algunos el mejor de la feria con Ponce, Perera y Talavante, desató una especie de fiebre del oro. Con vistas al albero palentino se concentró la que hasta ahora es la mayor muchedumbre de la feria con dos tercios. Así que además de los mineros de a pie, hasta lo que prometía ser el Yukón palentino se desplazaron buscadores de los importantes en pos de  la veta de alguno de los actuantes.
Por ejemplo, en la barrera se pudo ver a Alfonso Díez (viudo de la Duquesa de Alba), junto a la diputada de Asuntos Taurinos, Carmen Fernández; el teniente coronel de la Guardia Civil, Calixto Villasante, y el abogado madrileño Antonio Bernal. Letrado también de la capital, Marcos García Montes que un año más siguió un festejo junto a Macario González, de Plásticos Magonsa.
La presidenta de la Diputación Provincial, Ángeles Armisén, se hizo acompañar, por su parte, de Juan Manuel González Serna, presidente del Grupo Siro, y del general Jefe de la Zona de la Guardia Civil de Castilla y León, Juan Manuel Diez Cubelos, así como del Subdelegado del Gobierno en Palencia, Luis Miguel Cárcel y Luis Jaramillo, director Regional de COPE. También el alcalde de la capital, Alfonso Polanco, tuvo invitado ayer: el pregonero del Palentino Ausente, Javier Pérez Andrés.
En las barreras igualmente se pudo ver al ex jugador del Real Madrid y Valladolid José Antonio García Calvo y a la modelo Nieves Álvarez. No faltó a su cita con Palencia el empresario Fernando Fernández Tapias, junto a su mujer Nuria González y su suegra Celinda Sánchez, diputada nacional del PP por Palencia. 
Por más que buscaron durante la primera mitad del festejo apenas lograron ver lascas doradas entre la arena del albero antes del bocadillo. Las que sacó Ponce en su primero. Sin embargo, tan apática estaba la tarde que, raro en la Plaza de Palencia, no sonó y tampoco se pidió, la banda en el primero de Perera. 
Toda la inversión, todo el aguante de los tendidos no tenía recompensa. Hasta que Ponce cogió los trastos en el cuarto y comenzaron a aparecer las pepitas gordas. Los tendidos se animaron, llegaron los olés sonoros, unánimes. Allí estaba el cómico Arévalo, en el callejón para, como buena parte de los tendidos, pedir con insistencia las dos orejas para el de Chiva.
Y una vez en la zona del dorado elemento, Miguel Ángel Perera mostró al público no pepitas sueltas, sino un yacimiento. Ancló los pies en el suelo y desató el delirio en las gradas. Aquello era un pozo de la gloria lleno del oro que los aficionados esperaban. «¡Torero, torero!», le gritaban presos de la fiebre desatada.
Cerca de donde fijó su residencia Perera en una serie interminable estaban los doctores de la plaza de Valladolid, Antonio M. Mateos y Pepe Rabadán; el restaurador Toribio Anta (Casa Toribio de Madrid) y el director de SPC y la Revista Osaca del Grupo Promecal, Óscar del Hoyo.
Una pena que fuera efímero y con la espada no rematara. También que Talavante no estuviera a gusto y la tarde volviera a la apatía con la que comenzó. Al menos, los aficionados pudieron disfrutar de esos momentos, que ponen los pelos de punta. De esa sensación de encontrar oro donde no había más que arena. Quizá hoy, ojalá, el material precioso vuelva a aparecer. Tres buenas concesiones  parece que hay: Morante, Perera de nuevo y Garrido.