A falta de 24 horas para que expire el plazo para presentar las candidaturas a las elecciones al Parlamento Europeo del próximo 25 de mayo, las apuestas del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y del secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, velan armas ante una campaña que va a batir récords en lo que a duración -por corta- se refiere. Yes que al inquilino de La Moncloa no le interesa que se alargue demasiado debido, fundamentalmente, al desgaste que sufre el Ejecutivo con los recortes practicados, si bien la recuperación es un hecho, ya se han anunciado medidas populares a partir del año próximo y el aspirante conservador, Miguel Arias Cañete, goza de un gran prestigio.

Desde la otra acera, Elena Valenciano, intenta rascar votos atacando las políticas del Gabinete central y prometiendo que la época de los tijeretazos está llegando a su fin con los socialistas.

Lo que llama la atención es cómo han decidido pasar las vacaciones de Semana Santa uno y otro púgil. Mientras el aspirante del PP disfruta de su Andalucía, y más concretamente de su Jerez adoptiva -él nació en Madrid-, la número dos de Ferraz, que no parece muy devota de las procesiones, hizo las maletas y se fue a Francia el Jueves Santo para asistir a un encuentro de campaña con Socialistas Europeos, en el Cirque d’Hiver de París. Allí se hizo fotos con la mujer de moda, Anne Hidalgo, la alcaldesa de París, del PSF, así como con el líder de los progresistas del Viejo Continente, el alemán Martin Schulz, que se comprometió a apoyar en Barcelona al PSC cuatro días antes de la cita con las urnas, donde el fantasma de la abstención crece y crece.

Lo que no se esperaba el brazo derecho de Rubalcaba es que un grupo de miembros de la marea granate de la capital gala interrumpiera su intervención. Frente al lema socialista La austeridad en Europa es un error, los jóvenes exiliados españoles desplegaron una pancarta con el lema La austeridad en Europa es también vuestro error mientras Valenciano se dirigía a los asistentes al acto.

«Las medidas anunciadas el pasado martes por el nuevo primer ministro francés, Manuel Valls, nos recuerdan demasiado a la deriva que tomó el Gobierno de Zapatero en mayo de 2010. Se repite el escenario: desde las tribunas se dice que La austeridad es un error, mientras que en las leyes se aplica todo lo contrario», señalaron. «Estamos aquí para defender una Europa del crecimiento y del empleo», contestó Valenciano desde el atril, mientras miembros de la seguridad del acto intentaban expulsar a los jóvenes. «Estamos aquí por vuestra política» respondió uno al mismo tiempo que le arrancaban la pancarta.

Yes que el antes idolatrado presidente de Francia, Françoise Hollande, ha pasado a ser un incordio, sobre todo en las fotos. La explicación a la que se agarra Valenciano como a un clavo ardiendo no convence demasiado: es Bruselas la que manda, y por eso hay que cambiar su cúpula.

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