Alar se rinde a su 'Fiesta del Puchero'

Rubén Abad
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Los alumnos del Colegio Miguel de Cervantes mantienen viva esta celebración que se repite en la localidad desde hace casi cuatro décadas • Hubo grandes regalos para los participantes

La ‘Fiesta Infantil del Puchero’ cuenta con una gran aceptación entre los niños de toda la comarca de La Ojeda. - Foto: DP

Han pasado treinta y ocho años desde que un grupo de amigos reuniera por primera vez en Alar del Rey a todos los niños de la localidad para celebrar la Fiesta Infantil del Puchero. Una celebración que se ha convertido en un clásico del municipio norteño con la llegada del mes de octubre y que tiene a los alumnos del Colegio Miguel de Cervantes como principales protagonistas.

De este modo, durante la jornada festiva se dieron cita decenas de escolares de toda la comarca ansiosos de participar en esta actividad con solera en la que, además de disfrutar de un día entre amigos, optaban a recibir diferentes premios por su participación en el concurso.

La celebración comenzó de una  forma inesperada cuando Ángel Crespo encontró varios pucheros en un corral y, ante la duda de qué hacer con semejante hallazgo, decidió organizar una entretenida fiesta para los más pequeños de la zona, llenando los recipientes de caramelos, palomitas y gallinas.

Curiosamente, las reglas del juego se mantienen intactas desde aquel lejano 1976, aunque no ha ocurrido lo mismo con los premios, ya que la organización ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos. Así, las bicicletas y máquinas de escribir han dado paso a reproductores de música, ropa deportiva o material escolar.  

A lo largo de estos años han sido varios los grupos de amigos y colectivos de la localidad quienes han ido tomando el relevo de una sencilla pero entrañable fiesta que mantiene vivas las tradiciones de antaño.

Desde la pasada edición, la organización de esta popular fiesta recae en la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA) del Miguel de Cervantes a los que ayudan los integrantes de las peñas Los Gayumbos y Desmadra-2, amén de varios colaboradores incansables.

Y es que, según indican los impulsores de la cita, «en los últimos años el juego ha pasado a tener un claro componente pedagógico al tratarse de una actividad que se practica en grupo con una reglas pautadas, que se realiza al aire libre y que, en definitiva, estimula la psicomotricidad de los niños».   

Económicamente, la organización se sustenta con las aportaciones de más de cincuenta comerciantes, hosteleros, empresas y entidades del municipio, así como otros tantos profesionales alarenses que desarrollan su actividad en localidades cercanas. A ellos se unen los Ayuntamientos de Alar, La Vid y Payo.