«Somos nosotros quienes debemos explicar lo que tenemos». Luis Alberto Lera, cocinero del Restaurante Lera (Castroverde de Campos, Valladolid), fue al grano. Además de destacar el potencial de la lenteja de Tierra de Campos y de ofrecer su particular interpretación gastronómica de esta legumbre -en ensalada-, hizo un llamamiento para que sea el consumidor quien demande este producto de calidad. «Por suerte, la lenteja que ahora consumimos no tiene nada que ver con la que se comía hace treinta años», aseguró momentos antes de introducir a los asistentes en la jornada de exaltación de la Lenteja de Tierra de Campos en las peculiaridades de un producto avalado por un Consejo Regulador de la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Lenteja de Tierra de Campos.

«Cuando arrancamos con este proyecto lo hicimos con 12 toneladas. Ahora nos situamos casi en 4.000», precisó el máximo responsable de la entidad. José Andrés García Moro, presidente de la IGP, recordó que España es un país, eminentemente importador, algo paradójico. «Se importan casi 40.000 toneladas de pardina cuando la calidad de la lenteja que producimos aquí está demostrada, la trazabilidad también y existe una garantía sanitaria que permite su comercialización en cualquier mercado, de cualquier país», apostilló.

La actividad, organizada ayer por la IGPLenteja de Tierra de Campos y el Cetece contó con la colaboración de la Diputación Provincial y dio continuidad a acciones promocionales llevadas a cabo en años anteriores, como las jornadas desarrolladas en noviembre y diciembre de 2013, en las que se involucró a 17 establecimientos hosteleros de la capital y la provincia que incluyeron en sus menús de los viernes esta legumbre para darla a conocer. Una promoción a la que aludió la diputada de Desarrollo Provincial.

«Las Instituciones estamos ahí para reforzar el papel de los productores», señaló Asenjo, quien puso de relieve la importancia de que los agricultores vean que la lenteja «tiene salida», lo mismo que los hosteleros.